Intenso cuarto domingo de cuaresma, con multitud de besamanos y besapiés, amén de distintas funciones principales de instituto, que presagian la cercanía de la inminente Semana Santa. Así, la Virgen del Refugio y la del Buen Fin estarán, ambas, expuestas en besamanos en sus respectivas sedes canónicas, así como el Señor de las Misericordias y el Cristo de la Sagrada Lanzada. También hará lo propio, y de manera impresionante, el Señor del Sagrado Descendimiento, en la Victoria, o el de la Misión, que el año pasado fue una de las grandes sensaciones de la cuaresma.
No son, ni mucho menos, las únicas referencias que tiene este domingo. La Amargura luce, radiante de la mano de su nuevo vestidor, Fernando Barea, en la iglesia de los Descalzos, al igual que lo hace el Valle en la ermita de San Telmo. Espléndida,también, la Piedad y el Desamparo, así como el Señor del Consuelo en la Basílica de la Merced. El Consuelo, pero en este caso la dolorosa, también está magníficamente vestida en la capilla del Consuelo, así como el Patrocinio en Santa Marta, y al igual que la Confortación en Santo Domingo, o la O en Capuchinos.
Y aunque se trate de un domingo eminentemente mariano, varias son también las referencias que quedan con algunos Cristos de nuestra ciudad, como pueden ser el Señor de la Salud, de San Rafael, el Cristo del Amor, el Ecce Homo en San Dionisio, el Señor de la Sentencia en la Plazuela o el Señor de la Entrega, en Guadalcacín.