Investigadores de los distritos sanitarios Jerez Costa-Noroeste y Sevilla han realizado un ensayo clínico, con 323 pacientes polimedicados –aquellos que toman cinco o más medicamentos diariamente— y que presentan riesgo cardiovascular, en el que han evaluado los beneficios que supone para la salud la revisión sistemática y periódica que realiza el equipo de Atención Primaria de la medicación que toman estos pacientes. Esta revisión se realiza por parte del médico de familia en colaboración con el farmacéutico de Atención Primaria.
El estudio, en el que han participado 13 centros de Atención Primaria, viene a demostrar las ventajas que supone para los usuarios, especialmente para los pacientes polimedicados, la revisión que los profesionales de atención primaria (médicos, enfermeros y, en determinadas ocasiones, farmacéuticos) realizan periódicamente de los tratamientos, tal y como ya se viene haciendo en los centros del Servicio Andaluz de Salud.
En concreto, la investigación concluyó que los pacientes ven mejorada en un 10% su calidad de vida, medida con una escala específica en la que se evalúan cinco dimensiones: movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor/malestar y ansiedad/depresión. Los usuarios manifiestan que su calidad de vida ha mejorado 6 puntos sobre un valor de partida de 60, gracias a la actuación de los profesionales de atención primaria.
Problemas detectados
A este respecto, los datos obtenidos sobre la percepción de la salud han aportado además información sobre los principales problemas manifestados por los pacientes y sobre los que ha de incidirse para mejorar su calidad de vida. De esta forma, cerca del 70% de los usuarios participantes en el ensayo clínico manifiestan que tienen algún problema de dolor y alrededor del 40% sufre problemas de ansiedad o depresión y/o problemas de movilidad.
Además, el estudio concluye que la revisión sistemática por parte del equipo de Atención Primaria mejora la adecuación del uso de los tratamientos con medicamentos antiagregantes –aquellos que evitan la agregación de plaquetas para reducir el riesgo de trombos–.
Este proyecto se planteó con el objetivo de mejorar la adecuación de los tratamientos prescritos a las recomendaciones establecidas en el Proceso de Atención Integral Riesgo Vascular. El farmacéutico de Atención Primaria colabora con el equipo médico-enfermera, mediante un protocolo preestablecido, revisando la medicación del paciente e identificando posibles problemas o áreas de mejora en los que incidir (como mejorar las cifras de tensión, de colesterol o el cumplimiento terapéutico).
Casi la mitad de los mayores de 65 años son polimedicados y prácticamente todos ellos tienen prescrito algún medicamento para el riesgo vascular (antihipertensivos, medicamentos para el colesterol), la diabetes o han tenido una enfermedad vascular previa.
Las conclusiones de esta investigación se han publicado recientemente en la revista Atención Primaria y fueron presentadas por la investigadora principal y actual directora de la AETSA, Teresa Molina, en el XVII Congreso de la Sociedad de Farmacéuticos de Atención Primaria. En el encuentro, la responsable de AETSA revisó las intervenciones más efectivas para mejorar los resultados en salud de los pacientes polimedicados, el papel del farmacéutico de atención primaria en éstas, así como las ventajas del trabajo en equipo entre los distintos profesionales y la interacción con los pacientes.
En este sentido, Molina ha destacado los avances que han supuesto el desarrollo de los procesos asistenciales integrados en Andalucía y los beneficios que supone disponer de la historia digital de salud y de la receta electrónica, que facilita el seguimiento del tratamiento farmacológico y además supone un apoyo importante para los profesionales médicos en el momento de prescribir porque, gracias al módulo de prescripción, pueden tener acceso a toda la información disponible sobre el paciente y los medicamentos que tiene prescritos y a las recomendaciones sobre posibles interacciones de medicamentos, información necesaria a tener en cuenta al añadir un nuevo fármaco a la farmacoterapia ya existente.