Es el día para los visitantes y turistas. Sobre todo porque los jerezanos, en particular aquellos que pisaron con muchas ganas el Real del González Hontoria ya el pasado fin de semana, a estas alturas andan saturados de albero, rebujito, pimientos fritos y calor, y hoy han optado por irse a la playa o no levantarse del sofá.

Pero la Feria no ha echado de menos a los que ya han llevado los trajes de flamenca y las chaquetas a la tintorería, porque las calles de la ciudad efímera que hoy echa el cierre se han llenado de familias enteras de otras localidades y de turistas, algunos llegados en autobuses, que han llenado las terrazas de las casetas. Junto a ellos también algunos de los que por cuestiones laborales no habían podido asomarse antes al recinto.

Y lo cierto es que acompañaba todo. Desde la temperatura, mucha más fresca en días anteriores; a los precios, que hoy han bajado hasta un 50% para revitalizar en lo posible el último día de Feria gracias al acuerdo de los caseteros con el Ayuntamiento; pasando por el menor coste de las atracciones que hoy estaban de nuevo a reventar. Las ofertas han tenido su efecto, y hoy no faltaba ningún ingrediente: flamencas guapas, terrazas llenas y mesas donde no faltaba la comida, y hasta coches de caballo que no dejaban de dar vueltas.

Lo mismo ocurría en la zona de los cacharritos, que hoy como el martes están más baratos, y en la que se vivía un verdadero hervidero humano de padres montando a los hijos -y en algunos casos disfrutando ellos mismos- en las atracciones.

Muchos sabían hoy que las horas del mediodía y la tarde son el último pistoletazo, porque ya esta noche será el momento de empezar a desmontar las casetas y de cerrar definitivamente las cuentas. Y ahí, como es habitual, hay para todos los gustos, aunque muchos desmienten esa sensación previa a la celebración de la fiesta que apuntaba a que esta sería la ‘Feria de la crisis’.

Así lo cuenta Ingrid López, encargada de la caseta de la Cadena Ser (regentada por la empresa Kapote), que dejaba hoy claro que este año han hecho más negocio que el pasado. “Anoche ya teníamos las neveras vacías, y hasta tuvimos que ir a comprar alcohol y refrescos a otras casetas porque no dábamos abasto”, afirma López, que también añade que no solo en la venta de copas ha ido bien la cosa, sino también en las comidas.

Y eso que, como en muchos otros sitios, no empezaban a llenarse hasta alrededor de las 17 de la tarde porque la gente ha venido más tarde a la Feria, ya sea por la economía o por el hecho de que ha habido que trabajar todos los días. “Pero una vez que llegaban ya no se iban hasta que cerrábamos de madrugada”.

En algunas terrazas han visto como a la hora de comer se han levantado y sentado grupos hasta tres veces, como en la de La Viga, donde su cocinero, Juan Antonio Núñez, narra que “se ha vendido mucha comida, mucho más que el año pasado, y no solo los platos más económicos, sino de toda la carta”. Hasta para el día de hoy tenían reservadas varias mesas para el almuerzo. Y es que casi todas tienen ya clientes fijos de año en año.

La otra cara de la moneda la exponen hoy los encargados de la caseta de Canal Sur, que recalcan que “este año ha sido un poco más flojito que el pasado, que ya fue regular”, como apuntaba hoy José Hevilla. “Se gastan menos dinero a la hora de beber, porque las comidas sí han estado bien. Pero ha habido menos copa larga, y más jarras de rebujito que medias botellas”, cuenta el encargado de esta caseta que insiste en que “este año han hecho botellón hasta los mayores”.

También en La Expiración han sido cautos a la hora de hacer balance, y los responsables del catering Rodrigo Castellano (de Bollullos par del Condado, en Huelva) coinciden en que “ha habido más gente a partir de la tarde, y hasta la noche”. Los miembros de esta empresa, que tiene una amplia experiencia en la gestión de casetas y que tras la de Jerez recorrerá otros festejos como el de Córdoba y de la provincia onubense, calcula que “ha habido algo menos de ganancia que el año pasado, aunque se han dado muchas comidas”.