La hermandad de la Soledad vive hoy un día grande, jornada en la que la ciudad, representada por la alcaldesa, María José García-Pelayo y el pleno municipal, impondrá la máxima distinción que puede otorgar a la cofradía de la Victoria. Una distinción amparada en los 450 años de historia que la cofradía está cumpliendo actualmente, y que fue aprobada en Junta de Gobierno Local recientemente.
Será a las ocho de la tarde, en sesión extraordinaria y solemne de pleno, cuando la primera edil entregue la medalla de oro al hermano mayor de la corporación, Álvaro de la Calle. Está previsto que el próximo domingo, en el transcurso de la procesión extraordinaria, se le imponga a la dolorosa de Fernandez Pomar en el pecho, cuando los pasos lleguen a la altura de la plaza dela Asunción.