El Xerez Deportivo afronta el último partido de la temporada como local con los deberes más que hechos y, por ello, a la hora de hacer balance, Carlos Orúe reconoce que “este equipo no necesitaba entrenador para ascender. Otra cosa es que haya estado yo poniendo orden y exigencia, pero con la calidad que los futbolistas tienen, este equipo tenía que ascender. Lo que pasa es que hemos ido de menos a más y sembrando para el año que viene”.
El rival de esta semana será el Atlético Pastores, un equipo que está metido en la zona baja de la clasificación, pero que logró aprovechar una serie de condicionantes para sorprender a los azulinos y provocar la única derrota de la temporada. Aquel partido en Algeciras hace que “nuestros jugadores tengan ganas de esa revancha deportiva”. Algo que Orúe entiende, pero que espera y desea que no cause ningún problema: “Yo espero que el partido sea de guante blanco y que Chapín viva una fiesta grande. Ojalá que los juveniles también puedan celebrar que han logrado el ascenso unas horas antes”.