Que la emblemática iglesia de Santiago se cae a trozos no es una expresión exagerada sino el reflejo de una realidad que ha llegado a tal punto, que el Ayuntamiento se ha visto obligado a intervenir de urgencia en un patrimonio cuya rehabilitación es responsabilidad de la Junta. Durante una visita a un templo prácticamente en ruinas, la alcaldesa, María José García-Pelayo, ha anunciado que la Junta de Gobierno ha acordado la caducidad de la licencia de obras de emergencia de la administración regional (después de 4 años de paralización total), al tiempo que ha emitido una notificación a la Diócesis con una orden de ejecución con el fin de que “lidere la remodelación” del templo. Como ha explicado la primera regidora, esto no significa que los trabajos “se hagan de hoy para mañana”, sino que se desarrollarán en tres fases que empezarán con lo más inminente: el cerramiento externo, mantenimiento y vigilancia de obra y medidas de seguridad para evitar la caída de cascotes u otros objetos a la vía pública.

La segunda de las fases será la considerada ‘urgente’, y estará centrada en la consolidación estructural de la iglesia, para lo que será necesario nada menos que un millón de euros. Como detalló el obispo diocesano, José Mazuelos, también presente en la visita, ésta era la fase que estaba acometiendo la Junta desde 2006 y que nunca terminó, después de que las obras se paralizaran en 2009 al entrar la constructora en concurso de acreedores. Desde ese momento comenzó un proceso judicial que ha dejado el proyecto absolutamente en el aire, con la consecuencia añadida de que según el obispo “el que haya estado paralizado tanto tiempo ha conllevado que lo que se hizo hasta entonces no ha servido de mucho, como nos ha confirmado el arquitecto”. La tercera y última fase se compondrá de otra serie de obras de menor envergadura como el revestimiento, carpintería, acabados y suelo, todo ello costeado en un principio por la propia Diócesis.

“Nosotros asumimos la responsabilidad y buscaremos financiación -declaró Mazuelos-. Desde aquí agradezco la preocupación del Ayuntamiento, porque nosotros teníamos las manos atadas y no podíamos entrar por el tema judicial. El Ayuntamiento se ha sensibilizado ante una situación de emergencia y ha decidido actuar. Hoy empieza nuestra movilización, y hacemos un llamamiento a los católicos, hermandades, flamencos y todos los jerezanos para que juntos podamos sacar esto adelante”. García-Pelayo, por su parte, confirmó que la administración local colaborará en la rehabilitación aunque no precisó si “será de manera directamente económica o no”. Lo que sí recalcó es la “obligación tanto moral como institucional, desde el punto de vista del patrimonio cultural” del Consistorio, que “no podía quedarse de brazos cruzados ante la paralización”.

“LA IGLESIA NO HA SIDO FAVORECIDA POR LA JUNTA”

Durante su intervención, Mazuelos leyó una carta de la Diócesis en la quedaba reflejado con absoluta claridad su particular tirón de orejas a la administración regional, empezando por la escasa aportación económica de ésta para la preservación de los templos de Jerez. “La Junta ha destinado 2,5 millones para una primera fase que por mala suerte ha estado paralizada más de tres años y ahora para terminarla, hay que gastar 1 millón más. En los últimos diez años, ha destinado 4 millones de euros para nuestro patrimonio (incluyendo esos 2,5) frente a los 23 millones invertidos por los católicos, más lo aportado por hermandades y cofradías para cada templo. No podemos decir por ello que la Iglesia haya sido favorecida por la Junta… Hay dos razones para el mantenimiento del patrimonio: una es la espiritual, puesto que igual que se levantan polideportivos para el culto al cuerpo también se ha de hacer lo mismo con el desarrollo espiritual, favoreciendo la libertad religiosa y a unos ciudadanos que pagan sus impuestos. La otra razón es que se trata de un bien cultural, por lo que lo destinado no es un regalo sino el cumplimiento de una obligación”.

Así las cosas, y a pesar de que el obispo reconoce que los tiempos son realmente complicados para conseguir financiación, este día supone el “pistoletazo de salida” como él mismo subrayó para un proyecto que requerirá la ayuda de todos los jerezanos que contribuirán de esta forma  al renacimiento de una de las iglesias más señeras e imprescindibles en el patrimonio cultural y espiritual de la ciudad.