Una decena de testigos del conocido como crimen del botellódromo ha comparecido en el Juzgado de Instrucción número 4 para ratificarse, básicamente, en lo declarado en la Comisaría cuando se produjeron los hechos el pasado verano. Como ha sabido este medio por fuentes del caso, todos ellos han reconocido encontrarse en el lugar en cuestión el día de autos y haber sido testigos de la pelea, si bien han asegurado desconocer a quién correspondía el arma utilizada y han negado haber visto directamente el apuñalamiento.

Como se recordará, Jairo G. M. perdió la vida  en la madrugada del 22 de julio tras una disputa con Jaime D. R. y Fernando M. R., los dos jóvenes que se sentarán en el banquillo acusados del crimen. Según el fiscal, fue Jaime quien empuñó el arma provocando las heridas mortales, pero los comparecientes no han podido confirmar ese punto. Aunque sí han corroborado que fue él quien empezó la pelea, no ha quedado claro a quién pertenecía la navaja y todos han asegurado que no vieron el momento de las puñaladas. Por tanto, la jornada no ha dado mucho más de sí a expensas de lo que declaren el resto de testigos, que comparecerán ante el juez los días 25 y 26 de octubre.

Como ya publicara Reporteros Jerez, el Ministerio fiscal ha tipificado los hechos expuestos como un presunto delito de asesinato con alevosía, al haberse utilizado un instrumento peligroso y de forma sorpresiva, algo que resulta compartido al cien por cien por la acusación particular. Una vez que se oigan los testimonios pendientes, deberá concretar la pena que solicitará para los dos presuntos causantes de la muerte de Jairo.

Adrián S. F. pasará diez años y medio en la cárcel por el conocido como crimen de la trituradora de marihuana. Hace unas semanas el jurado popular decretó la culpabilidad del joven de un delito de homicidio, y ahora el juez ha dictado su sentencia con la citada pena. En el fallo judicial, al que Reporteros Jerez ha tenido acceso, se explica cómo el15 de octubre de 2010 la víctima, Francisco C. B., llegó a la barriada rural de Las Tablas en busca de una trituradora de marihuana que reclamaba al condenado. Entonces se produjo una discusión entre ambos, tras lo que Adrián se dirigió a su domicilio y desde allí llamó a otro amigo para que acudiera a calmar a Francisco.

Mentras ello sucedía, éste se encontraba en el exterior de la vivienda gritando e increpando a Adrián, llegando a amenazarlo con darle muerte y mostrando una actitud violenta. Dos amigos llegaron en ese momento e intentaron apaciguarlo sin éxito, al igual que el padre del condenado que salió de la casa con el mismo fin. Siempre según el juez, “la pelea previa, las amenazas reiteradas de muerte y la imposibilidad de que sus amigoss y su propio padre consiguieran que Francisco se marchara, fueron provocando un estado de furia en Adrián”. Todo ello, agravado por el hecho de que el chico era consumidor crónico de hachís y mariuhana, desencadenó el fatal desenlace cuando salió del interior de su vivienda en actitud agresiva e hirió a Francisco con un cuchillo carnicero.

Al recibir varias puñaladas, la víctima no logró sobreponerse y falleció a las pocas horas en el hospital, a donde lo había trasladado uno de los amigos que presenciaron el suceso. En la sentencia, el magistrado afirma que el agresor se daba cuenta de lo que hacía cuando cometió esta atrocidad e incluso era consciente de que, en la forma en la que utilizó el cuchillo y de manera reiterada, podía causar la muerte del otro joven. Con posterioridad, él mismo llamó a la Policía y reconoció los hechos, a pesar de que en el juicio declaró no acordarse de nada.

Como se ha mencionado al principio, Adrián S. F. ha sido condenado por este delito de homicidio a diez años y medio de cárcel con los atenuantes de confesión y drogadicción. Además, deberá indemnizar a los padres de la víctima con la cantidad de 180.000 euros, abonando las costas derivadas del procedimiento.

Tras varias horas de deliberación, el jurado popular que ha formado parte de la vista por el crimen de la trituradora de marihuana ha dictado un veredicto de culpabilidad contra Adrián S. F. La sorpresa se ha producido cuando el tribunal le ha declarado culpable del delito de homicidio y no de asesinato, como así pedían tanto la acusación particular como la Fiscalía. Así lo ha confirmado a este medio el letrado de la familia de la víctima, Álvaro Cosano, explicando que el jurado no ha considerado que existiera alevosía en el crimen, por lo que ha fijado el homicidio con el agravante de superioridad por la utilización del cuchillo.

Con este veredicto, la pena nunca podrá ser superior a 15 años (hay que recordar que Cosano solicitaba 20, y el fiscal bajó de 16 a 13 años su petición inicial). En cualquier caso, tendrá que ser el juez quien dictamine la condena que se le imponga. Una de las principales incógnitas a este respecto será si el magistrado tendrá o no en cuenta los atenuantes expuestos por la defensa: obcecación, confesión del delito, drogadicción y problemas psíquicos. En el caso de que así sea, la pena podría oscilar entre 5 y 7 años, lo que solicita aquella.

Como ha podido saber este medio, la familia de la víctima (Francisco C. B.) ha acogido la noticia con indignación, al considerar que su hijo fue víctima de un asesinato con ensañamiento y alevosía. Como ha quedado probado, Adrián asestó varias puñaladas  a Francisco el pasado 15 de octubre de 2010, tras una disputa por una trituradora de marihuana. Los detalles exactos del crimen, no obstante, se conocerán en la sentencia que verá la luz en los próximos días.

El procesado por la muerte de Francisco C. B., el joven que perdió la vida hace dos años en la barriada rural de Las Tablas, ha declarado esta mañana en la Audiencia Provincial asegurando que no recuerda los hechos por los que el fiscal le imputa un presunto delito de asesinato. Según Adrián S. F., esa mañana su amigo y él habían coincidido en un taller en el que trabajaba un tercero, y allí fue donde se dejó olvidada la víctima la trituradora de marihuana que desencadenó el fatal desenlace. Según la versión del imputado, Francisco acudió por la noche a su casa a buscar el artefacto, con el que él se había quedado asegurando que le pertenecía, y comenzó a reclarmárselo desde el exterior entre “gritos y amenazas”.

“Ya no recuerdo nada más -ha declarado el acusado- , solo lo que se me aparece en sueños. Él está arriba mía y cuando se retira se levanta la camiseta y veo que está pinchado y tiene sangre”. El abogado de la acusación particular, Álvaro Cosano, se ha preocupado durante la vista de recordarle que en los juzgados e incluso ante la Policía se confesó autor del crimen; él, sin embargo, ha seguido en sus trece negando la mayor. Su letrada, por su parte, ha hecho especial hincapié en la supuesta adicción a las drogas de su defendido, que ha afirmado que consume desde los 9 años, así como en su entorno familiar desestructurado y violento.

Posteriormente, los dos amigos que fueron testigos directos del suceso han comparecido confirmando que Adrián asestó varias puñaladas a la víctima. Concretamente, han relatado cómo el acusado llamó a uno de ellos para que se llevara a Francisco de su casa cuando permanecía en el exterior increpándole, y se presentaron los dos al momento. Mientras el padre del imputado intentaba hacer entrar en razón al fallecido, según los dos testigos, su hijo apareció con el cuchillo oculto y de forma absolutamente sorpresiva se abalanzó sobre la víctima. Cuando se incorporó, observaron que llevaba un arma con la que le había herido.

Uno de ellos lo trasladó al hospital, donde no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Tras estos testimonios llegó el turno del padre de Adrían, que optó por no prestar declaración, tras lo que testificaron los padres del finado. Ambos poco pudieron aportar, salvo la confirmación de que su hijo no era amigo del presunto agresor, ya que solo lo conocían de vista, y que era un muchacho “tranquilo” al que no le gustaban los conflictos, como también corroboraron los otros dos testigos. A ello siguió el testimonio de los policías, que no hicieron sino reforzar la versión inicial de que el mismo Adrián les llamó para entregarse y contar lo ocurrido.

Aunque el procesado aseguró que Francisco siempre llevaba navaja, tanto sus padres como sus amigos han negado rotundamente este punto. Ése ha sido uno de los aspectos en los que ha incidido la letrada de la defensa, que durante los interrogatorios ha intentado en todo momento ‘contextualizar’ el crimen resaltando la situación personal y el tipo de vida de su defendido, con una infancia desgraciada y una juventud marcada por las drogas, en lo que claramente consituirá el punto fuerte de su defensa y su alegato final.

La Audiencia Provincial de Jerez acoge el inicio del juicio por el crimen de Francisco C. B., el joven de 21 años que perdió la vida en Las Tablas tras una disputa por una trituradora de marihuana. Aunque se esperaba la declaración del acusado, Adrián S. F., la demora en la constitución del jurado popular ha provocado que finalmente su testimonio sea aplazado a la sesión del martes. Como ha confirmado a este medio el abogado de la acusación particular, Álvaro Cosano, una vez establecido el tribunal solo ha dado tiempo a las alegaciones previas de las partes, esto es, Fiscalía, defensa y acusación.

Cada una de ellas se ha retificado en su petición inicial. Así, el fiscal ha trasladado su intención de solicitar 16 años de prisión por un presunto delito de asesinato, atenuado por la confesión del procesado a la Policía. Cosano, por su parte, eleva a 20 años la petición de cárcel, mientras que la defensa pide entre 5 y 7 años con la concurrencia de cuatro atenuantes: obcecación, confesión del delito, drogadicción y problemas psíquicos en el momento de los hechos.

Mañana, como se ha adelantado, tendrá lugar el plato fuerte con la comparecencia de Adrián que irá seguida de los testigos que supuestamente contemplaron el trágico suceso. Como se recordará, Francisco murió el 15 de octubre de 2010 a raíz de una disputa con el procesado por una trituradora de marihuana. Según la calificación del fiscal, el que era su amigo le propinó presuntamente al menos ocho puñaladas y luego se entregó a la Policía.

El conocido como clan de los Flores ha resultado ser una de las bandas criminales más sangrientas de los últimos tiempos. En su estela han dejado un sinfín de desgraciados sucesos por toda la provincia como el asesinato de la joven portorrealeña Tamara Leyton o el de Catalina Ruiz Pato, la mujer que fue atacada junto con su marido en su vivienda de la barriada rural Junta de los Ríos. Varios miembros de esta familia fueron condenados por ambos crímenes, junto con otros asesinatos, robos, homicidios y tenencia ilícita de armas; en conjunto, un número de delitos que rebasa la cuarentena.

Francisco Flores Nieto, Fernando Flores Nieto y Manuel Flores Valverde, concretamente, afrontan penas de cárcel que superan ampliamente los 200 años; sin embargo, la Audiencia Provincial de Cádiz fijó en su sentencia la limitación del cumplimiento efectivo de la condena en 20 años. Es decir, los Flores pasarán un máximo de 20 años en prisión, aunque hayan sido condenados a centenares de años más. Ahora, como ha sabido este medio por fuentes del caso, la Fiscalía ha recurrido este fallo judicial al Tribunal Supremo, con el objetivo de que esa condena efectiva se amplíe a 30 años.

En el escrito, al que Reporteros Jerez ha tenido acceso, el Ministerio reconoce que la limitación general de cárcel efectiva está establecida en 20 años en el Código Penal. No obstante, apunta a que existen excepciones por las que se puede ampliar a 30 años, cuando el sujeto haya sido condenado por dos o más delitos y alguno de ellos esté castigado por la ley con penas superiores a 20 años, como es el caso. Así pues, considera que dada la gravedad de los hechos los Flores deberían pasar en prisión el máximo de tiempo que el sistema legal permita.