Han pasado un año y tres días desde que Juan José Padilla encogiera el corazón de millones de personas que vieron la grave cogida que sufrió durante su corrida de toros en la plaza de Zaragoza y el ‘ciclón de Jerez’ vuelve a dicho escenario. Lo hace después de perder la visión del ojo izquierdo, pero dando un ejemplo de valentía, capacidad de sufrimiento y espíritu de superación para todos aquellos que veían imposible que se pusiera delante de un toro después de ver las dramáticas imágenes del toro atravesándole la cara con el pitón. El regreso de Padilla es el gran aliciente de una Feria del Pilar que arrancó la semana pasada en el coso de la Misericordia. El jerezano lidiará dos veces: la primera hoy, lo ha hecho, junto a El Juli y Talavante, con toros de Daniel Ruiz Yagüe; y la segunda lo hará el próximo viernes, junto a El Cordobés y Jiménez Fortes.

Y el ‘ciclón de Jerez’ regresó y, en esta ocasión, triunfó. Una vuelta cargada de emoción, nervios y sensibilidad en el coso de La Misericordia. El diestro jerezano espantó todos los miedos. Padilla estuvo acompañado por sus hijos en el patio de cuadrillas y luego dio la vuelta al ruedo con su niña, una circunstancia que emocionó al tendido y que puso la piel de gallina a miles de espectadores. Pasó la prueba de salir al coso donde se pudo dejar la vida hace un año y dejó escrita la historia de que uno de sus pares de banderillas tenía que ser pisando la arena en la que cayó herido. Juan José Padilla: estocada (oreja); y estocada desprendida (oreja con petición de la segunda).

Junto con el torero jerezano compartieron cartel El Juli y Alejandro Talavante. El primero de ellos no logró meter a su primero en la canasta, no fue capaz de dominar al proyecto de toro, que lo tenía que haber lidiado en quinto lugar, pero corrió turno. El sobrero de Garcigrande fue el mejor de la tarde y el madrileño lo toreó muy despegado y a la recta, un toreo moderno que encantó al respetable. Se llevó una oreja por pinchar y hubo fuerte petición de la segunda.

Por su parte, Alejandro Talavante tan sólo dio dos muletazos al tercero del festejo, un animal impresentable que el presidente se empeñó en que no fuera a corrales. El toro se fue agotando hasta el punto de no poder ni tenerse en pie. Lamentable.

El torero Juan José Padilla ha sido intervenido en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo para intentar mejora la elevación de un párpado para la apertura de su ojo izquierdo, afectado desde la gravísima cornada que sufrió hace un año en la plaza de Zaragoza. Ha sido operado para exploración del párpado superior del ojo izquierdo, en el que se encuentra una fibrosis traumática del músculo elevador. El jerezano pasó la noche en el instituto a la espera del alta. El torero llegó a este centro médico para tratar de reconstruir parcialmente la función del músculo elevador del párpado superior del ojo izquierdo. Al llegar al instituto dijo que estaba muy contento e ilusionado pues los doctores valoraron la posibilidad de poder elevar el párpado, lo que para él es un paso adelante en su recuperación. En cuanto al ojo ha dicho que el nervio óptico está perdido y que no va a recuperar la visión, pues eso sería un “milagro”. No obstante, aseguró que desde que lo perdió no ha sentido ningún tipo de dificultad personal ni profesional, ha toreado ya sesenta y seis corridas, se ha preparado muy fuerte y está realizando una temporada sin ningún obstáculo ni inseguridad.