Chilla

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Optimismo o autoengaño

Escribo estas líneas en pleno puente “festivo” jerezano que nos otorgan las celebraciones de nuestro patrón San Dionisio más el día de fiesta que representa El Pilar. En estos días tenemos la oportunidad de salir, se ven a los amigos, se conversa y salimos de la rutina diaria. Y es en esas charlas con amigos donde recurrentemente hablamos e intercambiamos opiniones de todo tipo. Cómo no, y no puede ser de otra manera, aparte de la selección o de las tarjetas negras de Bankia, casi todas las conversaciones desembocan en asuntos de trabajo, de la crisis y del miedo que todos tenemos: la incertidumbre no ya frente al futuro, sino ante el presente más inmediato.

Me comentaba un buen amigo, conocedor de la calle por sus muchísimos años de profesión comercial, la insistencia en el mensaje de optimismo que algunos políticos se empeñan en lanzarnos continuamente, y cómo olvidan la realidad de la calle. Éstos lógicamente vienen de sectores afines o representantes del gobierno que nos quieren convencer de que no sólo vemos ya brotes verdes, sino que la primavera se acerca a pasos agigantados dejando atrás la oscuridad de los terribles años de crisis.

La proximidad de nuevos ciclos electorales, en mayo como saben tendremos elecciones municipales y posteriormente autonómicas y generales, hace que el político de turno en el poder empiece a despertar de su invernal sueño de poder y se disponga cual oso hambriento a zamparse nuevamente las ilusiones de los ciudadanos. Claro, tanto sueño provoca amnesia y evidentemente ahí afuera, en la vida real, sigue haciendo muchísimo frío. Es más, me decía este buen amigo, hace más frío aún, y lo peor es que demasiados ya no tienen con qué abrigarse y mueren de frío… y de hambre.

Uno que es optimista por naturaleza, o por necesidad, no entiende cuando por ejemplo a nivel de nuestra ciudad, que es lo que me toca de lleno, nuestra alcaldesa se permite el lujazo de criticar a aquellos que no compartimos tan idílico panorama a nivel local. Es más, se nos acusa de negativos, pesimistas por no compartir su visión de una ciudad que aunque no lo quiera ver porque aún se esté desperezando de más de tres años de sueño de poder, se nos cae a pedazos en sus barrios, en sus servicios públicos, se nos desangra con sus jóvenes marchándose fuera de Jerez, o simplemente se alarga en los comedores sociales o en las colas de las oficinas de empleo.

Porque a optimistas y a pasión por Jerez, créanme que no nos gana nadie. Habrá gente que crea igual en Jerez y su gente, pero más seguro que no. Y proyecto de ciudad, créanme, que nadie dude que tenemos. Pero lo que sí tenemos claro es que no vamos de palmeros de nadie, de nadie. Son miles los jerezanos que pasan mucho frío… y hambre, y que viven la realidad de Jerez.

Ahora vendrán los paseos y las mismas promesas de hace cuatro años. Pero el futuro de Jerez no se gana ni con fiestas, ni con fotos, ni con humo. Un daño enorme le haríamos a la ciudad si miráramos a otro lado y participáramos de ese falso y preelectoral optimismo que nos quieren vender desde el gobierno del PP. La realidad es muchísimo más tozuda. La realidad está ahí fuera en las calles y barrios de Jerez, esos que ahora la señora alcaldesa empieza a volver a pisar. En el pecado va la penitencia.

Futuro… TODO. Pero desde la realidad, hablando todos, y sumando todos juntos. Ni azules ni rojos. Ni derecha ni izquierda. Basta ya de falsas y mediáticas puestas en escena. Sin autoengañarnos. Basta de engaños preelectorales. Jerez se la juega. Y no lo duden, muchos, cada vez más, lo tenemos muy claro: esta ciudad tiene Futuro y serán los jerezanos y jerezanas los verdaderos protagonistas del mismo. Quienes escriban qué ciudad quieren: la de prosperidad y oportunidades o la de miseria y precariedad.

Raúl Ramírez. Candidato a la Alcaldía por Foro Ciudadano de Jerez

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La Peña Flamenca ‘Buena Gente’, en contra del indulto a Pedro Pacheco

Tras aparecer en diversos medios de comunicación la adhesión de la Federación Local de Peñas Flamencas de Jerez de la Frontera al documento de petición de indulto de Pedro Pacheco Herrera, en nombre y representación de la Peña Flamenca “Buena Gente” y en atención a lo acordado por su Junta Directiva, tengo a bien exponer las siguientes consideraciones:

Primera. La Peña Flamenca “Buena Gente” desconocía y no comparte la mencionada adhesión al documento de petición de indulto de Pedro Pacheco Herrera, considerando que cuestiones de este tipo solo deben ser suscritas de forma personal, pudiendo existir en cualquier asociación o entidad opiniones distintas sobre el mismo. Por ello, mostramos nuestra total disconformidad con la firma del mencionado  documento de petición de indulto por parte del presidente de la Federación Local de Peñas Flamencas, cuya representatividad no debe llegar en ningún caso a vincular en un asunto como este a nuestra Peña Flamenca y sus asociados. Todo ello, sin perjuicio del respeto a cualquier actuación que el mismo haga en su nombre propio.

Segunda: Ante la gravedad de conductas como la expuesta por parte de la Federación Local de Peñas Flamencas, en el que destacan la falta de información a sus asociados y un ejercicio de representatividad que a nuestro juicio supera sus facultades y lo que deberían ser sus fines, comunicamos:

  • Que presenta su dimisión el vocal que en la Junta Directiva de la Federación tenía nuestra asociación, Manuel Méndez Asencio, que era desconocedor de la firma del mencionado documento en representación de la Federación Local de Peñas.
  • Que se procederá a convocar Asamblea Extraordinaria de Socios para decidir sobre la continuidad de la Peña Flamenca “Buena Gente” en la Federación Local de Peñas, conociendo que es el órgano competente para decidir esta cuestión según lo dispuesto en el artículo 12 de los estatutos de nuestra asociación.

NICOLÁS SOSA IZAGUIRRE, Presidente de la Peña Flamenca ‘Buena Gente’

 

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#AhoraFuturo

Como sabéis muchos de los que me conocéis, soy un humilde aficionado al deporte en general y al ciclismo en particular. Un deporte que por cierto además de ayudarme a mantenerme en forma, me ayuda a conocer cada uno de los rincones de Jerez y por tanto me acerca  a cada de uno de los muchos problemas que afectan a los jerezanos y las jerezanas.

Desde mi bicicleta, puedo ver por ejemplo, el estado de la limpieza de las calles, como se encuentran nuestros jardines, cómo funcionan los autobuses, el deterioro del alumbrado público, si las papeleras se vacían o no. Desde mi bicicleta veo cada mañana demasiados coches estacionados, que en otros tiempos estarían en marcha camino de un trabajo,  trabajo que al día de hoy a tantos les falta. Desde mi bicicleta veo incluso muchas caras de tristeza y a la vez veo mucha esperanza en esas mismas caras confiando en que las cosas tarde o temprano mejorarán.

El ciclismo me ha ayudado enormemente en mi vida, cada pedalada es importante, cada pedalada ayuda a la siguiente, no es posible avanzar sin esfuerzo y dedicación y sobre todo, se trata de un deporte de equipo donde hasta el buen ambiente del grupo ayuda para conseguir mejores resultados.

A estas alturas se estarán preguntando ustedes a dónde pretendo llegar con estas líneas. La cuestión es sencilla y por tanto fácil de entender. El día a día  de alguien como yo, que tiene responsabilidades públicas gracias a vuestro apoyo en las urnas tiene mucho de ciclismo. La labor que realizo ya sea reuniéndome con compañeros, con colectivos, asistiendo a cualquier acto  e incluso en las comisiones y los plenos a los que asisto, no puede entenderse sin mirar hacia adelante, sin dedicación, sin entrega, sin el trabajo conjunto de muchas voces anónimas.

Me gusta decir que soy un “ciudadano a pie de calle que tiene la suerte de ser concejal por su pueblo, por sus convecinos”, y lo que estoy viendo y comprobando en las calles de Jerez es precisamente lo que acabo de explicar: la gente tiene claro que no es momento de confrontación, que solo podemos salir de la situación que atraviesa la ciudad si todos arrimamos el hombro. Jerez tuvo un floreciente pasado, un incierto presente que dura ya demasiado y ahora toca mirar al futuro. No es cuestión solo de derecha o de izquierda. De ideologías o debates inútiles. Hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan. La primera, nuestro amor y compromiso por esta bendita ciudad. La segunda, las ganas que todos los representantes políticos tenemos que nuestros vecinos tengan una vida digna, sin vivir de la caridad, con un sueldo mensual fruto del sudor de su frente, con un techo donde resguardarse, con holgura para llenar la nevera y pagar las facturas. Con trabajo, en definitiva.

La etapa puede ser larga, la etapa puede ser dura, pero estoy convencido que todos llegaremos victoriosos al final de la meta. Ese día, juntos, brindaremos porque la ciudad ha recuperado el esplendor que tuvo. Mientras tanto solo queda una cosa, trabajar, proponer y seguir dando humildes pedaladas hacia un Jerez mejor, el que usted y yo queremos. #AhoraFuturo.

MANUEL ROSA. Coordinador de Foro Ciudadano

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Reflexiones de un municipalista

Se podría afirmar que las corporaciones locales constituyen la gran asignatura pendiente de la Constitución  española, hasta el punto que ni siquiera la entrada en vigor de las leyes locales en Andalucía (la de Autonomía Local y la de participación de los entes locales en los tributos de la comunidad) han resuelto en nuestra comunidad autónoma el gran conflicto de los ayuntamientos.  Lo que sigue siendo, paradójicamente  y desde las primeras elecciones municipales de 1979, garantizar la autonomía financiera de los mismos con la que afrontar de forma holgada la prestación de servicios públicos básicos  de calidad. Ni que decir tiene que la estabilidad presupuestaria de mano de un “golpismo consentido” por PP y PSOE y la reforma local impulsada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy han puesto definitivamente en el disparadero a los municipios, grandes y pequeños.

Asimismo, en un contexto actual de perdida de ingresos de los ayuntamientos fruto de la coyuntura económica del estado español, unido a la ferocidad competencial y por tanto financiera de las comunidades autónomas, ha frenado el hecho de culminar su proceso descentralizador que dimana implícitamente por mandato constitucional, dándose la paradoja de que hay quienes vociferan reclamando la tercera descentralización del Estado, la que va en la línea de los estatutos de tercera generación como el catalán, con o sin referéndum del Honorable Artur Mas, cuando está por culminar de manera efectiva la segunda descentralización.

Por otra parte, hoy pocos dudan que nos aproximamos al final de una era y que por tanto estamos  ante la defunción de un  modelo que ha sustentado la supremacía electoral de los partidos tradicionales y que ha llevado a su clase política al triste honor de ocupar los escalafones mas altos en el podio de los problemas que afectan a la ciudadanía como reflejan permanentemente los barómetros de opinión.

Es en este punto de partida, cuando la sociedad civil, ya sea a título individual como a nivel de colectivo, debe adquirir un protagonismo real  y cuando, por tanto, ”lo local” adquiere mayor sentido político si cabe. Lo que hace  necesario una nueva política, una política cercana a los problemas de los ciudadanos y por tanto alejada del dogmatismo, el  fariseísmo y el reduccionismo intelectual del binomio –bien avenido por otra parte- izquierda-derecha, cuya única razón de ser ha sido en las ultimas décadas la existencia del otro, lo que ha llevado al sistema tradicional de partidos a su máximo grado de  perversión política.

El fenómeno de la globalización económica, medioambiental y cultural ha superado esa diferenciación de la política a través de la inercias históricas y los tópicos que la relacionaban con las ideologías políticas, pero contrario a lo que pudiera parecer, las fuerzas  políticas municipalistas no han permanecido ajenas a estos procesos.

Es la hora por tanto de desterrar sin retorno y de perseguir sin tregua, prácticas que contribuyeron  a la degeneración del sistema democrático como la insustancial retórica tradicional, la corrupción, los liderazgos autocráticos, el exclusionismo, los sectarismos con megáfono , etcétera.

Es por tanto la hora de la recuperación conceptual de términos que no por obvios habría que “sacralizar” y que se fueron alejando progresivamente del diccionario de los “servidores públicos”. Es la hora por tanto de los ciudadanos y las  ciudadanas, es la hora de las ideas, de las propuestas concretas, de la sensatez,  de la cultura del esfuerzo, de los liderazgos participativos, de los consensos sin café para todos. Es también la hora de que lo local orqueste su propio presente para construir su modelo de futuro;  en este sentido, todo parece indicar que es  la hora de lo “glocal” (soluciones locales para problemas globales); y por tanto debe ser la hora también de la expresión de mayor pedagogía democrática (por cercana) que no es otra que las formaciones que sitúan el epicentro de sus decisiones los más cercano posible a usted o a mí. A lo que de verdad nos importa y nos toca de lleno en nuestro día a día.

Eloy Alconchel. Coordinador de Política Institucional de Foro

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La memoria no defrauda

Comienzo a escribir estas líneas tras conocer la sentencia que condena a Pedro Pacheco a cinco años y medio de prisión. Es curioso, pero tras la noticia se me vienen inmediatamente muchísimas imágenes que pueden ser como esos documentales que hacen un recorrido por años de tu vida, de tus entornos más cercanos, en este caso de tu ciudad, de nuestra ciudad de Jerez. Quizás a usted que lee esto le ocurra lo mismo. Y es que el que les escribe fue un niño en aquella joven Democracia; que creció y se hizo adulto conociendo y observando a una persona que sacrificó su juventud empeñado en transformar ese Jerez oscuro que salía de la Dictadura, acomplejado en sus modos de pueblo grande, para empujarlo hacia la modernidad y convertirla en una de las ciudades más importantes y pujantes del sur de Europa. Con sus errores pero también con muchas virtudes.

Me cuenta un amigo psicólogo que en el pensamiento, la psicología llama al último ramalazo de la memoria, o al más reciente de los recuerdos, con el nombre de “memoria pez”. Otros, y con razón, dicen que la historia pone a cada uno en su lugar, aunque para ello tengan que pasar muchos años. Desgraciadamente la sociedad en la que vivimos, tan veloz en su vida diaria, tan atolondrada, no deja mucho lugar al análisis sosegado y objetivo. Si a todo esto le sumamos la necesidad en esta sociedad desesperada y ansiosa de buscar, y cómo no, de encontrar, culpables a tanta penuria, hallaremos la excusa perfecta para obtener un perfecto potaje que se nos sirve en forma de sentencia judicial absolutamente desproporcionada en su castigo.

Pedro Pacheco ha sido la persona más importante que ha conocido y he conocido en nuestra ciudad en su historia reciente. Él es el responsable, agitador y dinamizador, junto con grandes colaboradores, del Jerez moderno que hoy, y que durante muchos años, disfrutaremos todos los que amamos esta ciudad. Y de amar Jerez él sabe mucho. Esa memoria que algunos, incluso conscientemente, han guardado o enterrado florece y seguirá floreciendo sin remisión en cualquier rincón de Jerez.

A Pedro Pacheco lo condena esta maldita enfermedad que sufrimos en forma de desesperación, crisis, pérdida de creencia o desapego a la política, la corrupción a gran escala y en otras esferas, que hace que la Justicia, esa gran dama que ha de ser ciega, haya buscado con especial dedicación y, con todos los respetos, con especial ahínco un castigo ejemplarísimo a aquel que es el idóneo. El incómodo alcalde de una ciudad que los poderosos no pudieron controlar en un cuarto de siglo… a aquel al cual tras su famosa frase “la justicia es un cachondeo” le tomaron la matrícula y nunca se lo perdonaron.

La contratación de dos asesores en el ámbito de un pacto político de gobierno por el vicepresidente ejecutivo de una sociedad es el pretexto para hacer cargar con la expiación de las corruptelas de años y años en todo un país. Ahí quedan los Bárcenas, la Gürtel, los ERE, Fabra, Urdangarín… No hay color, ¿verdad? Ahora tenemos la sentencia ejemplarizante. Pero eso sí, en el camino elegimos como diana de los males para su eliminación a la persona que con su trabajo y dedicación ha demostrado ser el  único y verdadero alcalde al que en tres décadas de democracia realmente le ha importado única y exclusivamente esta bendita ciudad de Jerez. Pero que, qué casualidad, no perteneció nunca a ninguna multinacional de la política.

La memoria seguirá haciendo grande a aquellos que como Pedro Pacheco dedicaron su vida a un sueño, a una pasión. Y ninguna sentencia por desproporcionada que sea podrá borrar mi niñez y mi juventud vinculada a mi Alcalde. A ese que empujó para que entre todos colocásemos a Jerez en el mapa que nos negaban injustamente. A aquel que consiguió que me sintiera orgulloso de ser de esta gran tierra y que me transmitió que merece la pena derrochar  pasión y tu vida por Jerez y su gente. ¡Ah! Recuerda siempre Pedro, que sólo defraudan los cobardes y los que no van por derecho y de frente. Ese, amigo mío, y puedes estar orgulloso, no es tu caso.

Raúl Ramírez. Candidato de Foro Ciudadano a la Alcaldía

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Jerez, marca de ciudad

Marina Subirats, socióloga, gestora y política, dejó dicho de la ciudad de Barcelona una cita que reproduzco: Por favor, hacedlo muy bien porque esta ciudad lo necesita y lo espera. Hago mía la cita y la parafraseo para Jerez. El mundo está cambiando, las ciudades están cambiando, los ciudadanos están cambiando y hay demasiadas personas que ostentan responsabilidades públicas que no se están enterando.

Si París bien vale una misa, como dejara dicho Enrique IV de Navarra, Jerez bien vale una marca. Jerez, es una marca en sí. Jerezanear es un verbo que aún no recoge el diccionario, pero al tiempo; jereces es un sustantivo plural del vino, el jerez es un vino; pero Jerez es Flamenco; Jerez es caballo; Jerez es toro; Jerez es dehesa; Jerez es girasol; Jerez es sierra. ¿Tópicos o identidades? Pero, ¿qué es Jerez? Una ciudad de todo y la ciudad de nada. Pero Jerez es marca. Y la marca es la propia ciudad. La marca es lo que nos hace diferentes. Lo que valoran otros y lo que envidian de nosotros.

Estoy cada vez más convencido de que hay que rediseñar o redefinir la ciudad. Los planes estratégicos, los libros blancos, los planes generales de ordenación y toda la salva de legislación básica aplicable a Jerez no termina de definir qué queremos ser en el futuro. Entre otras cuestiones porque nadie o casi nadie los lee, y los que deberían leerlo no se enteran de la misa. El futuro inmediato es hoy. Jerez no está muerta pero tampoco es una ciudad viva. Es una ciudad enferma. Enferma por desidia y abandono, con barrios que provocan sonrojo y que no capta el ojo de La Vuelta, agónica por demasiado llanto, alarmada por las continuas disputas partidistas y partidarias, con demasiados individualismos excluyentes que procuran congelar las iniciativas que se proponen desde la pluralidad civil y que terminan por ahogarla.

Los jerezanos estamos siendo vencidos por la vulgaridad y la mediocridad. Gratis total, simpa. Y como decía el publicista de Benetton, Oliverio Toscani: “moriremos elegantes, vestidos a la última moda, vacíos e idiotizados por dentro”. Y digo yo: gracias a mediocres metidos a burócratas, burócratas metidos a políticos y políticos obsoletos que se convierten en asesores.

La ciudad no es un aparato, cemento, albero, gente amontonada, monotonía, cadencia, gratis. Hoy los ciudadanos más dinámicos empiezan a exigir: más inteligencia y si puede ser creativa mejor, más planificación, más pensar antes de hacer. ¿Está condenada Jerez a la quiebra? Prefiero pensar que no. Prefiero pensar en apostar por calidad de vida para la ciudadanía, por incrementar la vida ciudadana compartida, por colaborar con otras ciudades de nuestro entorno, no solo comprando desechos de segunda mano, por innovar. Colaborar para generar empleo y riqueza. Pensar antes de hacer.

París bien vale una misa significa que aunque para alcanzar lo que se quiere se requiera tener que pasar por un trabajo penoso o por un sacrificio, éste bien vale la pena. Prefiero no pasar la pena y trabajar con actitud positiva mejorando la ciudad que quiero para mi familia. Y para su familia.

Francisco Benavent. Coordinador de Programa de Gobierno de Foro Ciudadano

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“Saludo a todos mis hermanos…”

Queridos Herman@s en Cristo Redentor:

PAZ Y BIEN.

Sean éstas mis primeras líneas como Hermano Mayor, para agradecer a todos los que en la tarde del pasado 18 de Julio con su participación en el Cabildo Extraordinario de Elecciones, han demostrado que nuestra Hermandad, sigue VIVA. A aquellos herman@s que por la lejanía, enfermedad u otros motivos no pudieron asistir, deciros que vuestra presencia estuvo en el corazón y el cariño de los que vivimos una tarde-noche inolvidable que quedara en mi recuerdo. Leer noticia completa

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Menos circo y migajas, más trabajo y futuro

Pues sí, se nos escapa el verano. En horas, los niños volverán a sus colegios y la rutina de horarios se instalará de nuevo en nuestras vidas. Aunque ese verano se prolongue por unas semanas más, soy de los que opinan que aunque el estío nos lleve con sus temperaturas a San Miguel, allá por finales de septiembre, el verano de Jerez se acaba con la vuelta al cole.

Nuevo inicio de curso escolar y nuevo inicio de curso político. En este caso, un curso político que desembocará en unas elecciones municipales por el mes de mayo del próximo año. A menos de nueve meses de la convocatoria electoral, algunos empiezan a despertarse de un sueño de vino y rosas vivido en las atalayas del poder.

Mientras Jerez deambula lastimosamente entre la miseria del paro, las colas de los comedores sociales y el abandono de sus barrios y barriadas, el gobierno de la alcaldesa Pelayo, del PP, como Rajoy y la Gürtel, comienza su espiral diabólica electoral para, en un desesperado intento de maquillar churretosamente una dañina gestión de desgobierno, presentarse ante este Jerez arruinado con algo que ofrecer.

Y es eso lo que se nos va a presentar. Porque díganme, ¿en qué está mejor nuestro Jerez, nuestra ciudad, desde el acceso a la alcaldía de María García José Pelayo? Más de tres años después, nuestra ciudad ha seguido cayendo con estrépito en cualquier aspecto que desde la objetividad podamos analizar. El álbum de fotos que la alcaldesa nos quiera ofrecer no puede ocultar, en absoluto, una forma de gobernar despótica, alejada de los vecinos, y ya ni les cuento de alguien que simplemente piense de manera diferente.

Y yo me pregunto: ¿no es este gobierno el que ha llevado a esta ciudad a la mayor tasa desempleo que ha conocido Jerez? ¿No es este gobierno el que ha vendido entregándolo a grupos empresariales afines servicios públicos, empobreciéndolos con el consiguiente perjuicio para los jerezanos? ¿No es este gobierno el que ha vendido el agua de todos los jerezanos a los amiguetes de Madrid? ¿No es este el gobierno que ha engordado la deuda hasta números que hipotecarán el futuro de nuestros hijos? ¿No es este el gobierno el que ha puesto en la calle, en el paro a 260 trabajadores sin argumentos reales y sí por venganza? ¿O no es este el gobierno que ha sido incapaz de atraeer ni una inversión productiva que genere empleo de verdad en tres años, o que utiliza el Parque tecnológico Agroalimentario para su batallas con la Junta?

Éstas y no se cuántas preguntas para un análisis real y objetivo de lo que esta nefasta legislatura ha deparado para Jerez. Miren, Jerez no se puede quedar en cuatro fotos del circuito, de un día de Vuelta ciclista y poco más. Jerez necesita un gobierno que sea capaz de exigir a la Junta del PSOE-IU y al Gobierno Central del PP de Rajoy, un tratamiento justo. Un gobierno, un Alcalde que se plante y reclame para Jerez inversiones productivas, planes de empleo y formación, un estatuto económico diferenciado y acorde al término municipal que soporta para la financiación de unos servicios públicos dignos. A Jerez le sobra una alcaldesa sumisa a Madrid, que no tiene presupuesto municipal por ejemplo aún para 2014 si no se lo admite el ministro Montoro. A Jerez le sobran las migajas.

A Jerez le sobra el circo, el humo, la fiesta gratis y la mentira. Jerez necesita Futuro. Pero antes, este presente lastimoso que nos come los pies y nos puede dejar precisamente sin futuro. Porque cuando caminas por Jerez y hablas con su gente te das cuenta que han pasado los meses y los años y la realidad nos dice que todo está peor, pero además con un agravante, nuestra gente, nuestro Jerez transita sin ilusión, sin rumbo. Y créanme eso es lo peor que a un pueblo, a una sociedad, le puede ocurrir.

Pero no lo duden, comienza la diabólica espiral electoral del gobierno municipal del PP, que querrá gracias a más humo y vino amargo hacer olvidar. Unos paseos, otra vez las mismas promesas, cuatro obritas y alguna fiesta para nublar la memoria de cuatro años tirados por el sumidero. Mi esperanza es la tuya, que la primavera traiga vida nueva y que la memoria sea esa agua de mayo que limpie y otorgue otra oportunidad a la ilusión. Por que otra forma de gobernar es necesaria y otro Jerez es posible. Menos circo y más trabajo y futuro.

RAÚL RAMÍREZ

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Sobre la muerte del PTA (Parte II)

En Jerez, (ahora sí, porque era de “los nuestros”) entró en el reparto, dando pié a que se construyeran dos edificios y se realizaran mejoras en el propio parque. Por desgracia, nadie parecía hacer nada por resolver los problemas estructurales reales del propio parque: la falta de luz y la inexistencia de una red de comunicaciones propias de un espacio tecnológico.

Las ayudas concedidas eran en realidad un caramelo envenenado al tratarse no de un dinero a fondo perdido sino unas cantidades reembolsables después de varios años de carencia. Pero claro, la devolución ya lo harían otros y lo que primaba en ese momento era “la foto” y la apariencia de que el proyecto iba viento en popa.

¿Quién con dos dedos de frente daría unos fondos a devolver, a una sociedad con un capital que rondaba los 100.000 € y con evidente incapacidad para generar ingresos?, ¿Sobre la base de qué plan de negocio se argumentó la viabilidad de una inversión de semejante cuantía?, ¿cómo los edificios a construir generarían los recursos suficientes para garantizar la devolución?

Con la aceptación de estas ayudas del Fondos Tecnológico se firmaba la pena de muerte del proyecto. Lo demás era cuestión de tiempo. Eso sí, el gobierno socialista de Andalucía podía sacar pecho de que había sido capaz de acometer la inversión total concedida, aunque fuera a costa de endeudar hasta lo imposible a proyectos como el PTA de Jerez. En definitiva, qué más daba, si en el fondo, el PTA de Jerez seguía sin estar en el mapa de espacios tecnológicos de la región (frente al Parque de Las Aletas que era “el que tocaba”).

Y menos importaría Jerez en las políticas regionales de desarrollo industrial vinculadas a la innovación, cuando en 2011, el PP consiguió la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Jerez.

Como una suerte de justicia histórica para el nuevo gobierno de la ciudad, aquel proyecto que se iniciara 10 años antes con la aportación de Miguel Arias, ahora volvía a manos de la derecha jerezana, pero sin restos de aquellos 11 millones de euros, una deuda impagable a medio plazo y completamente desdibujado.

En un acto de transparencia marca de la casa PP, el nuevo gobierno destituyó a todos los consejeros de la oposición de la junta de accionistas y acometió una campaña de acoso y derribo contra la antigua gerente que culminó con su despido e imposición de un nuevo gerente que no contaba con la aprobación de los consejeros de la Junta de Andalucía. Y, desde entonces, la historia del PTA es la crónica de las desavenencias entre García Pelayo y el Delegado del Gobierno Jiménez Barrios hasta la definitiva entrada en el pabellón de enfermos desahuciados firmada el pasado jueves. Punto y final. Adiós.

¿Realmente es un adiós? Seguramente estaremos ante un punto y seguido.

Efectivamente, el proyecto agroalimentario de la derecha jerezana queda aquí muerto y enterrado. Si no, que alguien nos indique al menos una iniciativa que en materia de impulso al sector agroalimentario local el actual gobierno haya desarrollado en la presente legislatura. Las deudas del PP hacia la gran patronal agraria son suficientes para que la política de no intervención en “su” cortijo sea la que impere.

Pero algo han aprendido en todo este proceso: que una buena idea es fundamental para construir todo un sistema de propaganda.

Seguramente en los próximos meses asistiremos al relanzamiento de alguna iniciativa como la pretendida plataforma logística, que dé pié a que el Ministro Montoro destine unos fondos singulares para la provincia de Cádiz, “como muestra del compromiso del gobierno popular con la provincia de mayor paro estructural de España”. Y, como parte del proyecto, veremos como el antiguo parque agroindustrial se amplía hacia el aeropuerto, ahora ya sin la limitación de la especialización agroindustrial. El nuevo parque (se nos dirá), será capaz de acoger empresas con capacidad para generar cientos de puestos de trabajo, aprovechando la sinergia de los dos puertos de la provincia y el aeropuerto. Porque esta nueva visión del desarrollo ya no será localista, sino que será una verdadera apuesta (se nos insistirá) por articular los potenciales económicos de los tres polos de la provincia.

¿Quién se puede negar o cuestionar la más mínima inversión por parte del gobierno en una ciudad con semejante nivel de paro?

Al PSOE local le cogerá a contrapelo; cuestionará la viabilidad del proyecto y correrá a Sevilla para que desde la Junta se impulse otra iniciativa que, de cara a las próximas elecciones, contrarreste la propaganda del PP con el músculo financiero del gobierno central. Y, así, vuelta a empezar.

Nos quedaría ahora sólo hacernos una última cuestión. ¿Realmente el PTA habría tenido futuro? Me gustaría decir que sí, con el permiso de los causantes de este fracaso: PP y PSOE.

A lo mejor, si se hubiera procedido a una ampliación de capital por parte fundamentalmente de la Junta de Andalucía, se hubiera dado más participación al sector privado, se hubiera trabajado en la potenciación de un entorno de servicios de alto nivel en el ámbito agroalimentario, se hubiera buscado la presencia del parque y su entorno en los foros e instituciones clave en la toma de decisiones y se integrase el parque dentro de una oferta regional de suelo industrial de primera calidad para atraer a grandes grupos empresariales, generando así economías de escala a nivel regional que permita entrar a jugar de alguna forma en la liga de la globalización, a lo mejor así, digo, se habría dado futuro al proyecto.

Pero esto es creer en el país y querer a mi ciudad señoras y señores del PP y del PSOE.

¡Jerez merece la pena!

Joaquín del Valle Romano. Portavoz G.M. de IU

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Sobre la muerte del PTA

El día 4 de septiembre fue un día triste para Jerez. Con el acuerdo de la Junta de Accionistas (dominada por el gobierno municipal) de solicitar el preconcurso de acreedores de la sociedad que gestiona el PTA, se da carta de defunción a un proyecto que aunó tantas esperanzas en hacer del sector agroalimentario, uno de los pilares robustos de la economía local.

En las hemerotecas y en la memoria de los jerezanos/as, el PTA quedará como aquella promesa que impulsaría uno de los escasos sectores industriales donde todavía, en el marco de la globalización, Jerez podría decir algo y contribuir a paliar el pozo sin fondo del paro en la comarca.

Pero sobre todo, el PTA quedará como la muestra de cómo las batallitas partidistas entre el PP y el PSOE son capaces, por intereses corporativos de ambos partidos, de acabar con las ilusiones de toda una sociedad. Este es el verdadero rostro oscuro de un bipartidismo cainita cuando se trata de repartirse “las cosas del comer”.

Nadie duda de la importancia que tuvo la aportación económica del Ministerio de Agricultura para el arranque del proyecto hace ya una década; aportación que supuso una buena contribución del gobierno de Aznar al primer gobierno de Mª José García Pelayo. Por desgracia, en la vida pública española de estos últimos años hemos visto con demasiada frecuencia como una buena idea sirve de justificación para la transferencia de fondos públicos que, al final acaban en manos de círculos privados vinculados al poder. Y a lo mejor ese hubiera sido el final de estas aportaciones de no haberse producido la ruptura del pacto de gobierno entre Pacheco y García-Pelayo, que dio paso al primer gobierno del PSOE en la ciudad.

La derecha agraria jerezana nunca perdonará la pérdida del control de estos fondos que siempre consideró como “suyos”. Pero el PSOE no podía sin más pilotar un proyecto en el que no sólo no había tenido la más mínima iniciativa, sino que había contribuido a erosionar por encontrarse “al margen de su control”. Pero, aquello que fue en su momento tan denostado y que ahora se encontraba bajo su influencia, requería de un cambio de imagen que proyectara la idea de que el PSOE traía un proyecto nuevo. Surge entonces la sociedad PTA y posteriormente, durante la legislatura absolutista de la ínclita alcaldesa Sánchez, el gobierno socialista liquida la sociedad CAI-Jerez promovida a caballo entre Pacheco Y García Pelayo, para gestionar los 11 millones de euros aportados por el Ministerio de Agricultura de Arias Cañete.

Pero, el PTA era poco más que eso: un cambio de nombre para un proyecto que ya empezaba a ir a la deriva. Porque la entrada de la Junta en el accionariado de la sociedad no constituyó más que una pose, una presencia testimonial en la conformación de un espacio pretendidamente de impulso a la innovación y el desarrollo tecnológico en el ámbito alimentario. La Junta de Andalucía nunca creyó en el proyecto sencillamente porque Jerez no estaba en “su” mapa de espacios tecnológicos. Nada más hay que ver las aportaciones al capital de las sociedades impulsoras de otros espacios tecnológicos y contrastarla con los exiguos 30.000 € aportados en Jerez como “apuesta decidida” al proyecto.

Por aquel entonces se produjo la confluencia cósmica de los gobiernos de Sánchez en Jerez y de Zapatero en Madrid. El primer gobierno PSOE de Zapatero, cosechó en Bruselas la pérdida de los fondos estructurales pero, en compensación, se le concedió a España un fondo dirigido a compensar el “gap” (desfase) en inversiones de I+D respecto a los países centrales del capitalismo europeo. De este “fondo tecnológico” el gobierno andaluz consiguió que se le asignaran unos 800 millones de euros, lo que suponía que nuestra región acapararía casi el 60% del total de dicho fondo.

Este indudable éxito político por parte del gobierno de Manuel Chávez se enfrentaba, sin embargo, a la dura realidad de una región con escaso músculo empresarial para ser capaz de absorber la totalidad de fondos, por lo que se entró en una carrera desenfrenada de creación de centros tecnológicos, edificios de diseño y asociaciones empresariales en todos los parques tecnológicos de Andalucía.

En Jerez, (ahora sí, porque era de “los nuestros”) entró en el reparto, dando pié a que se construyeran dos edificios y se realizaran mejoras en el propio parque. Por desgracia, nadie parecía hacer nada por resolver los problemas estructurales reales del propio parque: la falta de luz y la inexistencia de una red de comunicaciones propias de un espacio tecnológico.

Las ayudas concedidas eran en realidad un caramelo envenenado al tratarse no de un dinero a fondo perdido sino unas cantidades reembolsables después de varios años de carencia. Pero claro, la devolución ya lo harían otros y lo que primaba en ese momento era “la foto” y la apariencia de que el proyecto iba viento en popa.

¿Quién con dos dedos de frente daría unos fondos a devolver, a una sociedad con un capital que rondaba los 100.000 € y con evidente incapacidad para generar ingresos?, ¿Sobre la base de qué plan de negocio se argumentó la viabilidad de una inversión de semejante cuantía?, ¿cómo los edificios a construir generarían los recursos suficientes para garantizar la devolución?

Con la aceptación de estas ayudas del Fondos Tecnológico se firmaba la pena de muerte del proyecto. Lo demás era cuestión de tiempo. Eso sí, el gobierno socialista de Andalucía podía sacar pecho de que había sido capaz de acometer la inversión total concedida, aunque fuera a costa de endeudar hasta lo imposible a proyectos como el PTA de Jerez. En definitiva, qué más daba, si en el fondo, el PTA de Jerez seguía sin estar en el mapa de espacios tecnológicos de la región (frente al Parque de Las Aletas que era “el que tocaba”).

Y menos importaría Jerez en las políticas regionales de desarrollo industrial vinculadas a la innovación, cuando en 2011, el PP consiguió la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Jerez.

Como una suerte de justicia histórica para el nuevo gobierno de la ciudad, aquel proyecto que se iniciara 10 años antes con la aportación de Miguel Arias, ahora volvía a manos de la derecha jerezana, pero sin restos de aquellos 11 millones de euros, una deuda impagable a medio plazo y completamente desdibujado.

En un acto de transparencia marca de la casa PP, el nuevo gobierno destituyó a todos los consejeros de la oposición de la junta de accionistas y acometió una campaña de acoso y derribo contra la antigua gerente que culminó con su despido e imposición de un nuevo gerente que no contaba con la aprobación de los consejeros de la Junta de Andalucía. Y, desde entonces, la historia del PTA es la crónica de las desavenencias entre García Pelayo y el Delegado del Gobierno Jiménez Barrios hasta la definitiva entrada en el pabellón de enfermos desahuciados firmada el pasado jueves. Punto y final. Adiós.

¿Realmente es un adiós? Seguramente estaremos ante un punto y seguido.

Efectivamente, el proyecto agroalimentario de la derecha jerezana queda aquí muerto y enterrado. Si no, que alguien nos indique al menos una iniciativa que en materia de impulso al sector agroalimentario local el actual gobierno haya desarrollado en la presente legislatura. Las deudas del PP hacia la gran patronal agraria son suficientes para que la política de no intervención en “su” cortijo sea la que impere.

Pero algo han aprendido en todo este proceso: que una buena idea es fundamental para construir todo un sistema de propaganda.

Seguramente en los próximos meses asistiremos al relanzamiento de alguna iniciativa como la pretendida plataforma logística, que dé pié a que el Ministro Montoro destine unos fondos singulares para la provincia de Cádiz, “como muestra del compromiso del gobierno popular con la provincia de mayor paro estructural de España”. Y, como parte del proyecto, veremos como el antiguo parque agroindustrial se amplía hacia el aeropuerto, ahora ya sin la limitación de la especialización agroindustrial. El nuevo parque (se nos dirá), será capaz de acoger empresas con capacidad para generar cientos de puestos de trabajo, aprovechando la sinergia de los dos puertos de la provincia y el aeropuerto. Porque esta nueva visión del desarrollo ya no será localista, sino que será una verdadera apuesta (se nos insistirá) por articular los potenciales económicos de los tres polos de la provincia.

¿Quién se puede negar o cuestionar la más mínima inversión por parte del gobierno en una ciudad con semejante nivel de paro?

Al PSOE local le cogerá a contrapelo; cuestionará la viabilidad del proyecto y correrá a Sevilla para que desde la Junta se impulse otra iniciativa que, de cara a las próximas elecciones, contrarreste la propaganda del PP con el músculo financiero del gobierno central. Y, así, vuelta a empezar.

Nos quedaría ahora sólo hacernos una última cuestión. ¿Realmente el PTA habría tenido futuro? Me gustaría decir que sí, con el permiso de los causantes de este fracaso: PP y PSOE.

A lo mejor, si se hubiera procedido a una ampliación de capital por parte fundamentalmente de la Junta de Andalucía, se hubiera dado más participación al sector privado, se hubiera trabajado en la potenciación de un entorno de servicios de alto nivel en el ámbito agroalimentario, se hubiera buscado la presencia del parque y su entorno en los foros e instituciones clave en la toma de decisiones y se integrase el parque dentro de una oferta regional de suelo industrial de primera calidad para atraer a grandes grupos empresariales, generando así economías de escala a nivel regional que permita entrar a jugar de alguna forma en la liga de la globalización, a lo mejor así, digo, se habría dado futuro al proyecto.

Pero esto es creer en el país y querer a mi ciudad señoras y señores del PP y del PSOE.

¡Jerez merece la pena!

Joaquín del Valle Romano. Portavoz G.M. de IU

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