El sueño de Dani es el sueño de cualquier chaval humilde que le gusta el fútbol, con la excepción de que Dani (Daniel Dawiah, Accra, Ghana, 14 abril de 1994) ha tenido que cambiar de casa, ciudad, país y hasta continente para acercarse a ese sueño. Y lo hizo en patera hace ya siete años.

El Xerez DFC ha tramitado en la jornada de hoy la ficha del joven extremo ghanés para que forme parte de la plantilla  azulina hasta final de temporada. Sin embargo, el caso de Dani es peculiar. El centrocampista africano lleva unos cuatro en Jerez y se presentó junto a algunos amigos a las pruebas de acceso que el club azulino realizó en pretemporada. Dani no fue elegido, pero su ilusión era jugar en el Xerez y, tras no faltar a ningún entrenamiento e incluso gozar de algunos minutos en partidos amistoso, ahora tiene la oportunidad de debutar con la camisola azulina.

“Estaba jugando con el San Benito, pero me enteré por mis compañeros de las pruebas que estaba haciendo el Xerez y me vine”, destaca el atacante africano, que recuerda de manera grata su paso por los juveniles del San Benito: “Me fue bien allí, jugué todos los partidos con los juveniles, tanto con el A como con el B. A mí me encanta jugar, ya en mi país jugaba, aunque sin ficha ni nada, y es muy diferente ya que allí no hay equipos como hay aquí”.

Y es que, con apenas 13 años, Dani cruzó el Estrecho de Gibraltar en patera para encontrarse con un mundo mejor. Una infancia en Accra en la que el ghanés recuerda que jugaba “con amigos en el barrio, jugando en la calle, con campos de tierra, pero nada que ver con lo que hay aquí, con el césped“. Aquí, además de campos decentes para seguir con su formación como futbolista, ha coincidido con exfutbolistas profesionales como Romerito, Pendín, Bajiz o Edu Villegas: “Aquí no conocía a nadie, pero es un sueño jugar y entrenar con gente como Bajic, Romerito o Pendín, grandes profesionales”.

“A mí me gustaba entrenar, a pesar de no tener ficha, y por eso seguía aquí entrenando”, reconoce el futbolista africano, que no ha fallado a ningun entrenamiento con el Xerez a pesar de saber que el fin de semana no iba a jugar:  “Carlos (Orúe) me dijo que me podía quedar entrenando hasta que demostrar que podía jugar. Él me ha visto este tiempo en el que he seguido entrenando porque para mí es como una escuela en la que estoy aprendiendo”. Dani recuerda que, tras las pruebas de acceso, “solo me quedé yo, todos se fueron a otros equipos y me dijeron de irme, pero yo dije que no, ya que era un sueño estar aquí en el Xerez”.

El ghanés deja claro que “nunca perdí la esperanza”, destacando que “no me gustaba la idea de irme a otro equipo porque el entrenador es un gran profesional y sabía que aquí iba a aprender más”. Y ha aprendido lo suficiente como para que Carlos Orúe cuente con él hasta final de temporada, un paso más hacia el sueño de Dani: “Quiero ser un futbolista profesional, es mi sueño y aquí puedo conseguirlo. Yo he venido a España para estudiar y convertirme en un futbolista. Ya he llamado a mi madre, que está muy contenta, ya que ella es la primera que debería saberlo”.