Si hace unos días trascendía el escrito de calificación del fiscal y de la acusación particular sobre el crimen del botellódromo, ahora este medio ha tenido acceso a las llamativas conclusiones de la defensa de uno de los procesados y considerado autor material de los hechos, Jaime D. R. A grandes rasgos, su letrado cimenta la defensa en acusar a la víctima (Jairo G.) y a uno de sus amigos de haber creado un clima de conflicto previo que dio lugar a la pelea e incluso de haber portado el arma mortal. En concreto, el escrito se remonta a la Feria del Caballo de 2012 (dos meses antes del fatal desenlace) cuando siempre según el abogado, Manuel Hortas, su defendido fue increpado por un amigo de Jairo por haber bailado con su novia.
A partir de ahí se inició una cadena de desencuentros que en alguna ocasión se saldó con presuntas agresiones hacia Jaime D. R., que según su defensa acabó en el Hospital y llegó a concebir un miedo atroz a su adversario. La noche de autos, el 22 de julio de 2012, los dos chicos se encontraron nuevamente en el botellódromo donde se hizo patente, una vez más, la actitud “agresiva” del amigo de la víctima, que iba acompañado de ésta. En un momento dado y como relata Hortas en su escrito, Jairo (que supuestamente no conocía de nada a us representado) se acercó a éste y le golpeó en la cara, comenzando una violenta pelea.
Fue entonces cuando Jaime D. R. supuestamente sintió un pinchazo en el brazo, y acusa directamente a la víctima de habérselo provocado tras lo que le quitó el arma y la utilizó “para defenderse”. Así pues, el letrado concluye calificando los hechos de un presunto delito de homicidio y no de asesinato, como el fiscal, al tiempo que solicita la libre absolución del procesado alegando los eximentes de legítima defensa y miedo insuperable. Como se recordará, el fiscal y la acusación particular solicitan 15 y 17 años respectivamente por un presunto delito de asesinato no solo para Jaime D. R. sino también para el otro imputado, Fernando R. M. Las dos partes coinciden en asegurar que fue este último quien facilitó la navaja al primero de ellos, que acabó en pocos segundos con la vida de Jairo.
Es lamentable que ocurran cosas así. Tanto víctima como supuesto agresor estaban en la flor de una vida que, en el caso del primero, le ha sido arrebatada y en el del segundo nunca volverá a ser igual.
Es lamentable para las dos partes y espero que se aclare con justicia y las familias puedan reconstruir sus vidas dignamente, porque debe ser difícil para las dos partes, entendiendo y respetando, por supuesto, el dolor de la pérdida en el caso de la víctima.
No deberíamos permitir que nuestros jóvenes se reunieran en sitios que son focos de conflictos en los que se consume alcohol (y más cosas)por parte de menores en muchos casos con el visto bueno de quienes nos gobiernan… No sé, pero las leyes o lo que sea debería tomar carta en el asunto.
Es inconcebibe que se sigan autorizando los botellódromos. La ley no los permite –según creo– pero el voto es el voto y los ayuntamientos miran para otro lado. Es hora de que se PROHIBAN TERMINANTEMENTE,sin alegres concesiones a la juventud.
se save ya toda la verda aqui todos los que conociamos a jairo saviamos como era y era un buena chabal y lo que hacia erea defender a los uyos y por bueno mira,.
Nada de defensa propia porque por un guantazo no se mete un navajazo asi ue no digas eso, jairo mi niño te queremos esperemos que se lleven una vida en la carcel porquen se lo merecen