La alcaldesa, María José García-Pelayo, ha entregado a la Virgen del Desconsuelo, titular de la Venerable y Real Hermandad Sacramental y Archicofradía del Silencio de Nuestro Señor de las Penas, María Santísima del Desconsuelo, San Juan Evangelista y San Blas, la Medalla de Oro de la Ciudad en el transcurso de un Pleno extraordinario y solemne que se ha celebrado en la tarde de este sábado en el Cabildo Viejo.

El delegado de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, José Galvín, ha actuado como juez instructor del expediente para concesión de esta distinción y ha enumerado los méritos esta imagen que acreditan el reconocimiento.

La alcaldesa ha destacado durante su intervención en esta sesión plenaria que “la entrega de este galardón a María Santísima del Desconsuelo es prueba del cariño de los jerezanos, de la devoción popular que despierta, coincidiendo con una efeméride importantísima, como es el tricentenario de su bendición. Estamos viviendo, por tanto, un momento histórico. Es un verdadero honor el tener la oportunidad de presidir esta sesión extraordinaria de Pleno, tan esperada por todos los hermanos de San Mateo, tan entrañable, y en definitiva, tan de justicia”.

Asimismo, María José García-Pelayo ha explicado que con la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad “reivindicamos la aportación a la riqueza cultural, espiritual y patrimonial de la ciudad de nuestra querida Virgen del Desconsuelo, y por extensión, de nuestra antigua Hermandad del Silencio”.

La alcaldesa ha recordado que “fue el 7 de abril de 1713 cuando se llevó a cabo la bendición de las dos tallas, la de la Virgen del Desconsuelo y la del Señor San Juan, aunque la primera salida procesional no se produjo hasta la Semana Santa de 1714. La devoción que despertó la imagen del Desconsuelo, ya en aquellos primeros años del siglo XVIII, está documentada históricamente. Estos fueron los orígenes de una magnífica realidad, que  se plasma en la emoción que Jerez derrocha por sus calles cada Martes Santo por una imagen venerada secularmente, con más de 1.800  hermanos, y en el arraigo de la Virgen y de la hermandad, no sólo en el barrio de San Mateo, sino en toda la ciudad”.

El juez instructor del expediente y delegado municipal José Galvín ha expuesto durante su intervención en el pleno que “el expediente cuenta un total de 203 escritos de adhesión, estimando todos ellos que la Bendita Imagen, en los 300 años de su Bendición, es merecedora de tan preciada condecoración”.

Asimismo, ha destacado que “se ha unido también al expediente un denominado “Estudio Histórico-Artístico de la imagen de María Santísima del Desconsuelo”, del que es autor el Doctor en Historia del Arte José Manuel Moreno Arana. Dicho estudio se hace eco de la extraordinaria calidad de la talla desde el punto de vista artístico, en cuanto forma parte de unos de los grupos escultóricos más destacados del barroco jerezano, suponiendo su realización un antes y un después dentro de la imaginería procesional jerezana. Pero, aparte del aspecto artístico, lo que se destaca sobremanera es el del extraordinario arraigo devocional, manifestado en la rica y extensa documentación que se conserva en el Archivo Histórico Municipal”.

Por último, la alcaldesa afirmó que “por innumerables motivos, la Virgen del Desconsuelo es merecedora de esta Medalla de Oro, concedida desde el reconocimiento a los valores que representa, a la aportación de la Venerable y Real Hermandad Sacramental y Archicofradía del Silencio de Nuestro Señor de las Penas al Jerez de hoy, como respuesta a una demanda histórica, y gesto de agradecimiento de la ciudad, agradecimiento teñido de cariño, y por supuesto de devoción”.

Por su parte, el hermano mayor de la Hermandad, Ángel Bocarando, ha agradecido a la Corporación la entrega de esta distinción a su venerada titular. “Un acto solemne que los hermanos llevaremos grabado en nuestro corazón” así como a las instituciones y asociaciones que han apoyado la entrega de esta Medalla de Oro. Y ha aprovechado para reivindicar la reapertura de la Capilla del Sagrario “para lo que pedimos ayuda y colaboración para que nuestra venerada Virgen pueda ocupar el lugar que le corresponde”.