Fue a la altura de la calle Sol, como lo muestra la imagen remitida por la hermandad del Cristo de la Expiración. Fue en la calle Sol, donde comienza el barrio de San Miguel, trazado urbano que une para siempre a dos de las advocaciones marianas más importantes de nuestra ciudad, la del Valle y la de la Esperanza, ambas coronadas canónicamente. Fue en la calle Sol donde Esperanza y Valle se dieron la mano, convirtiendo San Miguel en la tierra de María.
En la calle Sol, una lona de grandes dimensiones del Cristo de la Expiración esperaba a la dolorosa recién coronada, y a su paso, una lluvia de pétalos recibió el palio, que envuelto en una bulla sin precedentes, besaba la alfombra que el grupo joven de la hermandad del Viernes Santo había preparado para la Esperanza.
Precioso detalle del Cristo de la Expiración con su hermandad hermana de la Yedra. Uno más de los momentos intensos que se vivieron en la procesión extraordinaria de regreso a la Plazuela de la Esperanza.














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