Hizo historia. Y la hizo a su manera, con una clase y elegancia inusitadas. La hermandad de Humildad y Paciencia, como ya hiciera el Consuelo en su momento, o más recientemente la Mortaja, han descubierto para Jerez un nuevo estilo de cofradía. Corta, sin complejos, juntando los nazarenos pese a su escaso número, dando sensación de cofradía compacta, lenta, eterna…
Abrió la jornada del Martes Santo la Humildad y Paciencia, y se convirtió en una cofradía luminosa, dejando para la noche únicamente su paso por San Miguel y por Molineros, donde la hermandad descubrió, de nuevo, una calle inigualable para ver cofradías.
Humildad y Paciencia ya es una más de la Semana Santa. Y lo es, con todo el derecho del mundo.