El exalcalde Pedro Pacheco ha vuelto a ser noticia por otro nuevo revés en el ámbito judicial. En este caso, la Justicia no le ha dado la razón absolviendo al afamado constructor Basilio Iglesias del presunto delito de estafa por el que el líder de Foro Ciudadano le había denunciado. En la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3, a la que este medio ha tenido acceso, se explica cómo el 6 de noviembre de 2001 Iglesias, en su calidad de administrador único de la sociedad Residencial Victoria, suscribió un contrato de compraventa con Diego Domouso (amigo de Pacheco) cuyo objeto era una parcela de 940 metros cuadrados en la zona de playa de los Alemanes de Zahara por 12 millones de pesetas. Una vez suscrito y de común acuerdo entre las partes, el convenio fue resuelto de manera verbal dos años más tarde, lo que permitió a Residencial Victoria disponer del bien libremente (algo que de hecho llevó a la práctica revendiendo la propiedad).

El juez dictamina que no queda acreditado que existiera una subrogación del documento cuando estaba vigente a favor de Pedro Pacheco y aquí radica el quid de la cuestión, puesto que el exalcalde considera que él era el titular de la parcela cuando la sociedad administrada por Iglesias decidió venderla a terceros. El magistrado, no obstante, reconoce que en el acuerdo suscrito con Domouso existe una cláusula en la que se establece que la escritura de la parcela sería otorgada a favor del adquiriente o bien a nombre de la persona que éste decidiese. Sin embargo, el juez determina que no hay prueba alguna que acredite que el terreno pasó a manos de Pacheco, empezando por la “incongruencia” de las manifestaciones de ambos durante el juicio.

Así, mientras que Domouso aseguró que el líder político le prestó esos 12 millones de pesetas para la compra suscribiendo un documento por el que se habilitaría la subrogación a su favor si el titular desistiera, Pacheco negó que hubiera cláusula alguna en este sentido aunque afirmó que sabía que el negocio lo continuaría él, haciéndolo depender por tanto de “otros elementos externos” sin que constase expresamente. Junto a esta carencia documental, que el magistrado tilda de “esencial”, en la sentencia tampoco pasa por alto las manifestaciones de Domouso que declaró que en un momento dado la parcela “dejó de interesarle” y así se lo transmitió a Iglesias. Un testimonio que interpreta como “un desistimiento unilateral del contrato, que fue debidamente aceptado por el acusado”, sin que se haya acreditado a continuación que ambas partes acordaran entonces que el negocio subsistiera  en la persona de Pacheco.

PUERTA ABIERTA A LA VÍA CIVIL

Lo que llama la atención es que el juez no descarta, por contra, que este último hubiera suscrito un acuerdo con posterioridad con la sociedad Invervic de manera verbal, (entidad a la que Residencial Victoria había traspasado la finca) y en el que supuestamente se le concedería la titularidad de unos terrenos en los que ya se había empezado a levantar una vivienda cuyo proyecto pudo haber sido encargado por el propio Pacheco. Sin embargo, y nuevamente, no consta que ese contrato existiera por lo que no hubo obstáculo alguno para que Invervic vendiese a terceros la parcela. Por todo ello, el magistrado absuelve a Basilio Iglesias del delito de estafa que le imputaban tanto la Fiscalía como la acusación particular, y por el que solicitaban un año y medio y dos años de cárcel, respectivamente, eximiéndole de responsabilidad criminal alguna. La defensa, ejercida por Francisco Mauriño, abogaba por la absolución, como así ha ocurrido. Cabe destacar, sin embargo, que en más de un punto de la sentencia alude a una posible responsabilidad civil que podrá ejercitarse en su ámbito correspondiente, fuera de la vía penal.