Cuando se llega a cierta edad y las cosas se complican para estar solos en un lugar, las residencias de ancianos vienen a ser la respuesta necesaria para atender esta situación. Puede que al principio no sea una decisión cómoda de tomar, pero sin duda, es la que puede resultar más beneficiosa, por eso, es mejor conocer todas las modalidades que existen para este tipo de ingresos.
Las residencias de ancianos trabajan bajo tres criterios principales. Están las residencias privadas, que exigen un pago mensual por mantener cuidados a quienes están dentro; las residencias públicas, que se sostienen gracias al dinero que aporta el Estado; y las residencias concertadas, que se atienden por vía privada a nivel administrativo, pero que dejan una cierta cantidad de plazas disponibles para servicio público. Vamos a ver cada una de ellas.
Las residencias concertadas
Esta es la primera modalidad, porque es lógico suponer que se trata de la alternativa más favorable. Para hacer uso de ellas, es necesario someterse a un proceso, que muchas veces se vuelve extenso, debido a que no dejan que cualquier persona haga uso de sus plazas. Lo primero será verificar las residencias concertadas próximas a Cádiz o a la ciudad donde se habite.
Existen ciertos requisitos que hace falta cumplir para optar a la aprobación de la solicitud. Algunos de ellos son: tener más de 65 años de edad, estar debidamente registrado en el sistema de pensiones, disponer de una condición que suponga dependencia de terceros y que sea demostrable, no sufrir alguna enfermedad que esté catalogada como contagiosa, no disponer de ninguna sanción en otro centro de este tipo y, por último, estar empadronado en el área donde funciona la residencia.
Residencias públicas
Son residencias que están gestionadas administrativamente por el Estado, por lo que las personas que ingresan en ellas deben formar parte del sistema público de pensiones. Estas residencias tienen la ventaja de que no exigen el pago mensual de ningún honorario, sin embargo, el ingreso es un proceso tedioso.
Para poder disfrutar los servicios de una residencia de ancianos pública, lo primero es verificar que haya una cercana al lugar de empadronamiento. Para ello, entra y averigua las residencias de ancianos en Jerez o en el lugar más próximo, ya que incluso existen sitios webs con buscadores que ayudan con este proceso.
Lo bueno de utilizar buscadores para este proceso, es que se pueden filtrar los resultados según la ubicación, el presupuesto que se disponga, el tipo de personas que atienden y la valoración que otros usuarios hacen de ella. Todos estos datos pueden ayudar a decidir mejor.
Los requisitos para solicitar una plaza en una residencia pública también incluyen: ser mayor de 65 años (aunque en determinados casos se podría aceptar a personas de 60 años), tener dependencia de cuidados previamente certificado por el médico tratante (esta dependencia puede tener origen físico o mental), no tener sanciones de otros centros y no padecer ninguna enfermedad de tipo contagioso.
Residencias privadas
La modalidad de trabajo en las residencias privadas es diferente a los otros dos, porque en estos casos, es la administración de la propia residencia, la que define los aspectos a valorar para el ingreso de personas. Los precios también suelen ser variables, porque dependen de los cuidados que haga falta darles a las personas, las comodidades que estos tendrán, las enfermedades que padezcan, entre otros.
Lo mejor de los centros privados, es que las personas que están a cargo de los mayores pueden decidir qué tipo de servicios desean contratar y asegurarse de que sus familiares reciban justo aquello por lo que están pagando. Las residencias de ancianos son espacios preparados para que ellos puedan disfrutar de esta etapa de sus vidas con los cuidados y la seguridad que merecen. Aunque en primera instancia no es cómodo para nadie buscar un espacio de esta naturaleza, sí que ayuda mucho conocer los datos para darles lo mejor.