Cincuenta años cumplía la hermandad de la Burrita en el templo de San Miguel, en la vecina localidad de Sanlúcar, y lo celebraron con la salida extraordinaria de la Virgen de la Victoria. En su palio rojo, el mismo que luce cada Domingo de Ramos, la dolorosa fue poco a poco cumpliendo con los plazos y horarios marcados para esta ocasión única, en la que visitó ‘El Palomar’, zona sanluqueña hasta ayer inédita de procesiones, para completar por la noche la vuelta hasta su templo.
Con el acompañamiento musical de la banda de música del Maestro Dueñas, de El Puerto de Santa María, cumpliendo como siempre tras el paso de palio, la hermandad de la Burrita consiguió convertir la noche agosteña en una nueva Semana Santa, gracias al buen hacer tanto de la hermandad, como de la cuadrilla de costaleros. Un recorrido precioso, que le llevó por enclaves tan destacados de Sanlúcar como la parroquia de la O, o el ‘Rincón del Costalero’, sirvió para que pasadas las dos de la mañana se acabara el sueño de unos cofrades que han celebrado, a lo grande, el ‘Año de la Fe’ dictado por Benedicto XVI.