Los jaramagos y los escombros son la decoración actual de la antigua estación de ferrocarril de El Portal. El edificio, que en otro tiempo fue el orgullo de los vecinos y uno de sus centros neurálgicos, apenas es hoy una sombra de sí mismo. Y puede verse reducido a un recuerdo si antes las administraciones no ponen remedio a su situación de abandono. El último susto se produjo la pasada semana, cuando una cuadrilla de operarios empezó a desmantelar una instalación anexa a la estación que había servido de ampliación del edificio cuando lo ocupó la cooperativa de construcción tras quedar en desuso. Esa infraestructura sirve de apoyo al viejo apeadero que ahora tiene aún menos estabilidad.
Los vecinos temen que la estación sea la siguiente en sucumbir a la piqueta si no se toman cartas en el asunto. Por eso, el presidente de la Asociación Vecinal Guadalete-El Portal ha trasladado la petición mediante un escrito a la propia alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo. “Los gobernantes siempre hacen muchas promesas en campaña electoral y después, nada”, asegura con evidente indignación Diego Almodóvar. A juicio del líder vecinal a la primera edil “le ha importado un pepino lo histórico”. Dice en su carta que “ya no cuela a excusa del tema económico, porque lo mismo que buscó los ciento cinco mil euros para las cofradías, lo podía haber hecho para esto, que es más importante a mi entender”.