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El juicio por la explosión del petardo que en la Nochevieja de 2007 provocó que la joven Rocío Vázquez perdiera su ojo izquierdo en la barriada de Los Albarizones, además de parte de su audición y sufrir desviación del tabique nasal, ha quedado visto para sentencia tras la sesión celebrada este jueves en la Sección Octava de la Audiencia Provincial con sede en Jerez. La Fiscalía pide tres y dos años de prisión para los acusados, un padre y su hijo, que lanzaron el petardo, por un presunto delito de lesiones por imprudencia. Por su parte, la acusación particular solicita, además de la pena de cárcel, una indemnización económica.
Según el Ministerio Público, los acusados se encontraban en la Nochevieja de 2007 en la plaza de la mencionada barriada rural manipulando cohetes y, poco antes de las 00,20 horas, ambos volvieron a lanzar los petardos “sin adoptar la más mínima precaución”, alcanzando uno de ellos al rostro de la joven, entonces con 24 años. El impacto le provocó lesiones faciales “muy graves” que derivaron en la mencionada pérdida del ojo izquierdo. A partir de ese momento, además, la joven ha tenido que ser sometida a numerosas intervenciones quirúrgicas, en un calvario que todavía no ha concluido. Asimismo, los médicos le recomendaron un audífono al detectar lesiones en un oído, además de una septoplastia por la desviación del tabique nasal y un tratamiento recibido por estrés postraumático.