Aún no se había inaugurado el alumbrado de la Feria y el Real ya ha sido escenario de una protesta laboral. Los protagonistas han sido los trabajadores del Centro de Acogida San José, que han convocado una huelga a partir del próximo lunes 13 de mayo si antes no alcanzan una solución al stand-by que sufre su convenio colectivo desde hace tres años. Unas veces porque se auguraba un cambio de gobierno, otras porque hay que esperar a que la Junta de Andalucía se pronuncie respecto a posibles recortes en Dependencia, lo cierto es que las negociaciones se han alargado en el tiempo y ahora hace ya casi dos meses que no se convoca ninguna reunión.

Por eso, más de medio centenar de trabajadores ha realizado este mediodía una protesta silenciosa para hacer visible su conflicto. Lo han hecho a la llegada al tradicional almuerzo de convivencia que disfrutan los residentes del centro en la Caseta Municipal de los Mayores -al que asiste la delegada de Bienestar Social, Isabel Paredes, y otros responsables municipales, con los que conversaron- con pancarta en mano y mascarillas tapando la boca.

Los trabajadores aseguran que en este tiempo han perdido hasta un 22% de sus salarios entre diversas medidas, como la supresión de la paga extra o la bajada de hasta un 8% en el IPC por la falta de renovación del convenio. Otra de las concesiones de estos últimos meses ha sido la desigual aplicación de las ampliación de 35 a 37,5 horas semanales. En el caso de este colectivo, no se aplican con media hora más de trabajo diaria sino acumulándolas y perdiendo, por tanto, días de descanso, “lo que supone un ahorro para la empresa en sustituciones”, indican.

Precisamente hoy, la dirección del centro ha citado a los representantes de los trabajadores a un nuevo encuentro de negociación del convenio colectivo la semana próxima. También tienen cita ya para el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla), que será este jueves 9 a las diez de la mañana. Allí, Ayuntamiento y trabajadores se verán las caras con la intención de dar salida al conflicto y frenar la huelga.

El principal temor de la plantilla es que llegue el próximo 8 de julio sin que haya un nuevo convenio firmado, por lo que el actual quedará suspendido según recoge la nueva reforma laboral. En este caso, a los empleados se le aplicaría el convenio marco, por lo que perderían muchas claúsulas que han ido consiguiendo a lo largo de los años.