La Agrupación Parroquial de Bondad y Misericordia dio ayer un paso más en la construcción de su futuro, y lo hizo además en una de las decisiones más valientes que ha podido tomar la corporación. Con apenas unos años de vida, la cofradía se vio obligada a sustituir el anterior titular por uno nuevo, de mayor calidad y unción, que se convirtiera en la bandera a la que agarrarse para crecer exponencialmente en una zona que ya alberga otras cofradías de solera, como la de la Piedad, o juventud, como la de la Redención.

Hacía falta por tanto algo diferente, y sin duda, la hermandad lo ha conseguido. Resta ahora saber si tiene la aceptación que sólo el tiempo otorga, pero es novedosa la propuesta, y es novedoso el montaje. Prácticamente como si de una estampa clásica y antigua se tratase, simulando un fotograma de aquella película de Jesús de Nazaret de finales de la década de los 70 del siglo pasado, dirigida por Franco Zefirelli, las imágenes que ha presentado Ana Rey, junto con Angel Pantoja, presidieron ayer el espectacular montaje que ideó la mayordomía de la hermandad, muy en consonancia con el estilo artístico de estas nuevas tallas.

Bendecidas por el vicario parroquial de San Miguel, Manuel Jesús Barrera, la cofradía debe demostrar ahora su progreso, ya que la ilusión y las maneras están ya confirmadas en este grupo de jóvenes cofrades que, ahora sí, miran con optimismo el futuro. El futuro que les marca el Señor de Bondad y Misericordia.