Ya queda menos para que la Sección Octava de la Audiencia Provincial acoja el juicio sobre uno de los crímenes que más ha impactado a los jerezanos en los últimos años. El conocido como ‘crimen del botellódromo’, por el que un menor de edad llamado Jairo perdió la vida a manos presuntamente de otros dos jóvenes ha escrito un nuevo capítulo con la calificación del fiscal y el escrito de acusación particular, por lo que se encuentra a la espera del señalamiento de la vista. En lo que respecta al Ministerio, no ha habido sorpresas ya que pide 15 años de cárcel para los dos procesados, por un presunto delito de asesinato. Asimismo, el fiscal solicita que indemnicen a la familia de la víctima con algo más de 102.000 euros.
El abogado de los padres de Jairo ha ido un poco más lejos pidiendo 17 años de prisión para cada uno de ellos (Jaime D. R. y Fernando R. M.) y fijando una indemnización de 250.000 euros a pagar no solo por los imputados, sino también por el Ayuntamiento como responsable civil de los hechos. Una cuestión que no deja de llamar la atención, a pesar de que el abogado de la acusación, Alfredo Velloso, ya dejó entrever en su día que tenía intención de involucrar al Consistorio al haber tenido lugar el suceso en el botellódromo, un espacio municipal que a su juicio debería estar más vigilado. Por lo demás, la relación de los hechos coincide en líneas generales en ambos escritos, a los que este medio ha tenido acceso.
El fatal desenlace se produjo en la madrugada del 22 de julio del pasado año, cuando según el fiscal los dos acusados se encontraban en la citada explanada y se toparon con Jairo y un amigo suyo. Este último había tenido un desencuentro con Jaime D. R. durante la pasada Feria, lo que avivó una discusión entre ambos. En mitad de la conversación, el otro acusado, Fernando M. R. comenzó a exhibir una navaja “en actitud provocativa” mientras Jairo increpaba al otro por la reyerta que mantuvo unos meses atrás con su amigo. La discusión derivó en pelea, y la víctima le propinó un puñetazo a Jaime provocando un forcejeo que se agravó cuando Fernando se acercó para facilitarle la navaja.
Fue entonces cuando Jaime D. R. presuntamente le propinó cuatro puñaladas a Jairo “con claro ánimo de matar”: la primera de ellas le causó una herida punzante de escasa penetración, mientras que las dos siguientes le alcanzaron la cavidad abdominal dañándole el hígado. La mortal, sin embargo, fue la última, que la víctima recibió en la cavidad torácica llegándole hasta el corazón, lo que en cuestión de minutos le provocó la muerte.