Cuatro años lleva el colegio Las Granjas reclamando un arreglo que acabe por fin con las goteras y las humedades en las aulas y, de momento, los niños siguen lidiando con los cubos en las clases, el porche y los pasillos. Además, el temporal ha anegado hoy la tutoría de Educación Física.
El olor a humedad empapa las paredes del mesón El Cartujano, ubicado en pleno corazón de Las Pachecas y, por tanto, en zona de alto riesgo de inundaciones. Sus propietarios han sobrevivido a dos riadas de impacto, aunque los daños fueron tan cuantiosos que no quieren ni rememorar aquellos días. En una de las ocasiones el negocio, que es su sustento familiar, llegó a estar cerrado casi un mes debido a las consecuencias del temporal. Ahora, miran al cielo con escepticismo pues, aunque de forma oficial las autoridades intentan tranquilizarles asegurando que no se llegará al nivel máximo de alarma, la experiencia les dice que deben estar preparados para lo peor. Por ello, uno de sus trabajadores y pariente de la propietaria, Luis Corral, levanta los manteles de las mesas y pone las sillas en alto, para que si llega el agua de sopetón no les coja desprevenidos. Leer noticia completa
Las consecuencias del temporal comienzan a hacerse notar en el casco urbano. Tras los dos derrumbes sufridos en viviendas antiguas y con las miras puestas en la zona rural, ha sido un colegio de Primaria el que ha sufrido inundaciones que han obligado a la dirección a cerrar dos aulas de Infantil. Así lo han confirmado algunos de los padres afectados a este medio, mostrando su indignación por las precarias condiciones en las que el alumnado se está viendo obligado a recibir sus clases. A primera hora de la mañana, el profesorado ha comprobado cómo en las dos aulas se ha flitrado agua desde el techo empapando las paredes y el cableado eléctrico, lo que las ha convertido en inhabitables. Es por eso que el director ha tomado la determinación de cerrarlas y reubicar a los menores.
En uno de los casos, una clase de 5 años ha abandonado su aula para ocupar la biblioteca dejando espacio a los más pequeños, mientras que el resto se ha instalado en el comedor. A juicio de los progenitores, esta solución es del todo inapropiada puesto que el citado recinto carece de pizarras y material escolar general, por lo que se preguntan qué podrán hacer los niños durante tantas horas allí metidos. Y es que el problema se prevé largo, ya que como explican tendrán que acudir unos técnicos al centro para evaluar los daños y determinar si existe un peligro para los alumnos. Además, temen que si las lluvias continúan el riesgo se extienda a todo el centro educativo, como ya ha ocurrido en el colegio El Santiscal de Arcos, donde se han suspendido las clases ante las inundaciones que se prevén en los alrededores.