Todos miraban al cielo, porque sabían que llovería. Lo hizo, pero la hermandad de San Benito no se mojó, ya que estaba en la Catedral cuando comenzó a hacerlo. Así que, tras dos horas de reuniones y tensa espera, la junta de gobierno que preside Angel Heredia tomó la decisión de volver a casa el Jueves Santo, a las nueve de la mañana. Hasta la Catedral, un verdadero paseo, que demuestra que la Clemencia es una de esas hermandades que merecen la pena encontrarse allá donde estén. Mucho, muchísimo oficio en su capataz, Eduardo Biedma, y en su gente, y un verdadero espectáculo la agrupación musical de Los Gitanos tras el paso de misterio de la cofradía













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