Michal P., Darius J., Marek K. y Rau T. han sido absueltos del crimen del indigente polaco Alexander G., por el que habían permanecido en la cárcel desde febrero del pasado año. El calvario ha terminado para ellos, los tres primeros también polacos y el cuarto de origen alemán, después de que el jurado popular haya decretado el veredicto de inocencia ante la falta de pruebas concluyentes. Así lo ha confirmado una de las defensas personadas, informando de que solo uno de ellos, Michal P., ha sido condenado por una falta de lesiones ( cuya pena se reduce a una multa) infringidas sobre la víctima al hallar restos de sangre de ésta en sus ropas.
Por lo demás, el tribunal ha considerado que los argumentos esgrimidos por el fiscal, que pedía 20 años de cárcel para cada uno de ellos, no se sostenían. Ahora habrá que esperar la reacción de la Fiscalía, que como ha podido saber este medio es muy probable que recurra el veredicto. Así las cosas, tras el desarrollo del juicio lo único que ha quedado claro es que Alexander G. encontró la muerte la noche de autos tras ser asfixiado por una máquina compactadora de basuras, a donde previamente había sido arrojado aún con vida. Quién lo abandonó allí y si previamente fue apaleado o no hasta quedar inconsciente, de momento sigue siendo un misterio.
Y es que el testimonio de los forenses, que declararon que era imposible precisar si los golpes aparecidos en el cadáver se produjeron antes de que fuera arrojado al contenedor o después, ha podido ser determinante para el fallo junto con la ausencia de testigos que corroboraran lo sucedido. El fiscal, por su parte, aunque nunca dudó en señalar la autoría de los cuatro, tampoco pudo precisar si cada uno de ellos actuó de forma directa en el crimen o fue ‘simple’ cooperador necesario. En virtud de este dictamen, el juez decretará la inminente puesta en libertad de estas cuatro personas, que compartían techo con la víctima en una casa abandonada de la calle Lealas.