Eran casi las diez de la mañana del domingo en la tranquila barriada de Torres Blancas cuando un vecino que había salido temprano se percató de los gritos de socorro que provenían con fuerza de una furgoneta blanca marca Ford aparcada en una calle. Cuando el señor se acercó, encontró a una joven golpeando con insistencia las ventanillas mientras aseguraba que alguien le había encerrado en el vehículo. Sin dudarlo, se acercó a casa y llamó a la Policía Local, que mandó una patrulla para socorrer a la chica.

Como ha sabido este medio por fuentes del caso, los agentes llegaron y encontraron a la joven en un terrible estado de ansiedad, comprobando que llevaba encerrada en la furgoneta nada menos que desde la cuatro de la mañana. La víctima, incluso, presentaba numerosas magulladoras en la mano por haber permanecido horas golpeando los cristales en un intento desesperado por salir. Aunque en un principio la joven se mostró reacia a denunciar lo ocurrido, finalmente confesó que había sido su novio el que, tras una disputa, la había abandonado en el vehículo cerrándolo a cal y canto. Se da la circunstancia de que mientras los policías estaban socorriéndola el individuo en cuestión pasó por allí circulando en una bicicleta, por lo que procedieron a su inmediata detención.

Según estas fuentes, los agentes consiguieron convencerla para que presentara la correspondiente denuncia y la escoltaron hasta la Comisaría de Policía Nacional, donde relató lo sucedido. El joven, por su parte, no quiso soltar prenda cuando le arrestaron. En principio, se le imputa un presunto delito de detención ilegal al que podría sumársele otro relacionado con la violencia de género; la información aportada por su pareja apunta a que no sería la primera vez que descarga su ira contra ella.