Aunque el propósito de estos párrafos es una mirada distendida a lo que nos rodea, esta semana no logro sustraerme de la tristeza que ha dejado en la ciudad la muerte de Manuel y María Rosa en el brutal accidente de tráfico del jueves 18. Con 17 y 15 años perdieron la vida en la carretera por cruzar su inocente camino con quién no debía ir siquiera conduciendo.
Cuando una ciudad está conmocionada por una brutalidad así se nota y la pena ha sido palpable estos días por las calles. Vecinos, familiares, compañeros de trabajo… en todos los círculos se ha comentado el triste suceso. No es imaginable el dolor de las familias pero en esta ocasión creo que a mucha gente que ni siquiera conocía a los chicos se les ha encogido un poco el corazón. Dos muertes injustificables, demasiado tempranas, violentas, sin razón de ser, que han extendido el luto por todo Jerez. Descansen en paz.













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