El año 2005 fue fatídico para la producción de azúcar en la comarca de Jerez. Ese año las políticas europeas cambiaron las reglas del juego, abarataron los precios y obligaron a muchos productores de remolacha a abandonar el cultivo. Como consecuencia, la empresa Ebro, propietaria de las dos azucareras que todavía existían en la ciudad, tuvo que cerrar apenas unos pocos años después, en 2008, una de las factorías, la de Guadalcacín. Leer noticia completa













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