A Dani Pendín le salió caro su gol ante el Cañorrera en el partido disputado ayer en San Fernando. El medio centro argentino se ha lesionado en los isquitibiales y relata que “sentí una sensación muy fea, un pinchazo en la parte posteroir del isquiotibial, pero la verdad es que venía arrastrando desde hace dos semanas una sobrecarga, pero al final el que juega con fuego, se quema. El míster trataba de ponerme poco tiempo en los últimos partidos por esto mismo, pero lamentablemente ayer pasó lo que nadie quería”.

Sin embargo, el veterano centrocampista azulino es optimista ya que “hoy me levanté mejor, eso me da optimismo, y mañana ya me hacen la exploración definitiva. He hablado con el doctor, para quedarme más tranquilo, y los síntomas son buenos”. Sin embargo, Pendín siente no poder ayudar al equipo en el compromiso de este miércoles ante el UD Ubrique: “El míster me va a matar porque tal vez ayer no debía jugar, ya que fue la gota que colmó el vaso. La culpa es mía, porque ya somos campeones y hemos ascendido, pero el míster sabe que yo quiero ayudar todo lo que pueda”.

Es por ello que el argentino reconozca que va a pagar “una factura muy cara, pero ojalá que sea poco tiempo. A partir de ahora me lo tomaré con más calma”. Sin embargo, Pendín espera poder jugar antes de que concluya el presente campeonato liguero: “Dejar de jugar no lo creo. Ya hablé con el míster y me dijo que si quería seguir jugando, sin problemas. Si decido no jugar más, espero estar para al menos jugar cinco minutos y poder despedirme de la gente”.