Los números son alarmantes, por lo que el director de Cáritas Diocesana, Francisco Domouso, no se ha andado con paños calientes y ha trasladado un mensaje plagado de desesperanza tras conocerse la memoria anual de la organización. Una de las cuestiones que más ha llamado la atención ha sido el número de solicitudes registradas durante 2012, que alcanzó la cifra de 102.282, lo que supone un incremento de más del 71% de la demanda con respecto al año anterior. En lo que se refiere al porcentaje de familias atendidas, también ha sufrido un aumento del 27% con 32.730 casos, que en su mayoría tienen en común circunstancias dramáticas originadas por el desempleo, la percepción de una pensión mínima o ingresos por trabajos precarios que son del todo insuficientes para cubrir las necesidades básicas.

“Mientras que en 2011 este tipo de familias eran las terceras en ser atendidas en términos estadísticos, ahora se han situado en primera posición -apunta Domouso-. El aumento del desempleo y la precarización, el endeudamiento de los hogares y el insuficiente sistema de protección social han provocado que los hijos y los nietos se vayan a vivir con los padres y en muchos casos una familia de ocho o nueve miembros tenga que subsistir con una pensión de 800 euros”. Esta circunstancia, para colmo, ha mermado las relaciones entre los parientes hasta el punto de aumentar la conflictividad familiar, que es otra de las cuestiones que más preocupan en Cáritas. “Comienza a haber una falta de apoyo por desgaste y se está debilitando la red familiar, debido a que existe mucha convivencia con un deterioro importante de las condiciones de vida. Por todo ello, el grado de desesperanza es muy alto”.

Las administraciones, como no podía ser de otra manera, no escapan a las críticas y el director de la ONG señala con el dedo su parte de responsabilidad en el asunto, lamentando que las subvenciones hayan caído hasta el 15%, frente al 21% de 2011. “Las políticas sociales están mermando y a nivel municipal se encuentran estancadas… El tiempo medio para concertar cita en los servicios municipales de los ayuntamientos es de entre 30 y 45 días, mientras que una respuesta efectiva puede demorarse hasta los 270 días”. Aunque Domouso ha reconocido que en Jerez estos servicios funcionan algo mejor gracias a un convenio de colaboración con Cáritas, ha criticado que la tónica general no esté a la altura de las necesidades de la población, a lo que hay que sumar recortes como los de la Ley de Dependencia o la injusticia y el drama que conllevan los desahucios, y que dejan en una situación de indefensión a aquellos que más lo necesitan.

TOMA DE POSESIÓN DE LA POBREZA

Frente a esta cruda realidad, desde Cáritas han querido ensalzar la labor de los voluntarios así como la generosidad de socios y donantes privados, cuyos ingresos en la institución suponen el 57%, apoyado por la subida del 20% en colectas y campañas. Ello propició que se alcanzaran los 2.632.000 euros de ingresos en 2012, con una subida global desde el año 2008 en el que empezó la crisis del 164% de recursos a disposición de los más desfavorecidos. “Cáritas ha hecho un esfuerzo acorde con la crisis, pero la situación de pobreza y vulnerabilidad sigue empeorando y tocando todas las capas sociales. Los pobres cada vez lo son más y la tendencia es que se está cronificando… La pobreza se ha instalado y ha tomado posesión en la sociedad”.

El obispo de la Diócesis, José Mazuelos, que ha comparecido junto a Domouso, ha apelado a la “solidaridad” no solo de los ciudadanos de a pie sino también de la clase política, a la que ha invitado a olvidar sus rencillas en favor del bien común y la lucha por la erradicación de la pobreza. En esta línea ha ensalzado la labor de la gente anónima que se deja la piel en ayudar al prójimo, recordando que “el 80% de los recursos de Cáritas es fruto de la fe y la buena voluntad de la gente”, al tiempo que ha sentenciado que “una fe sin caridad es un cadáver”.